Última actualización:
September 09, 2021
Años publicados: 1988, 1989, 1992, 1997, 1998, 1999, 2006, 2007, 2021
NORD agradece profundamente a Craig R. Dufresne, MD, FACS, FICFS, y a Mikaela I. Poling, BA, por su asistencia en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 30 de agosto del 2024.
El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) o “síndrome de la cara de silbador” es una enfermedad muy rara que se presenta antes del nacimiento (congénita) que afecta principalmente a los músculos de la cara y el cráneo (músculos craneofaciales), pero que con frecuencia también afecta a las articulaciones de las manos y los pies.
Para que se haga el diagnóstico se requiere la presencia de una boca excepcionalmente pequeña (microstomía), una apariencia de cara silbante (labios fruncidos), un hoyuelo en la barbilla en forma de “H” o “V” y un pliegue muy evidente entre la nariz y la boca (pliegues nasolabiales). Aunque algunos incluyen el movimiento restringido (contracturas) en las manos y los pies como requisitos para el diagnóstico, estos no son hallazgos específicos del SFS. En el SFS, el músculo normal está presente, pero está intercalado o a veces reemplazado por un tejido similar a un tendón, lo que reduce la capacidad de los músculos para moverse bien y causa deformidades.
Las señales y los síntomas varían en cuanto a su gravedad. Algunos músculos no son afectados, mientras que otros músculos pueden parar de funcionar por completo resultando en inmovilidad en las articulaciones afectadas, de los músculos de la expresión facial y de los músculos entre las costillas (músculos intercostales). Los músculos faciales tienden a ser los más gravemente afectados, lo que da a las personas una apariencia inexpresiva, similar a una máscara. El diagnóstico antes del nacimiento (con pruebas genéticas o sonografía) puede ser posible si un padre tiene SFS, pero no se considera definitivo.
El SFS afecta por igual a hombres y mujeres de todas las áreas geográficas y etnias, y no existe una relación conocida con factores ambientales o parentales, como la exposición a enfermedades, toxinas, medicamentos o sustancias nocivas. El SFS puede transmitirse de una persona que tiene el trastorno, pero la mayoría de las personas con SFS no tienen antecedentes familiares del síndrome. Las personas con SFS tienen inteligencia normal, pero la mayoría de los niños con SFS tienen retrasos en el desarrollo causados por deformidades físicas.
Historia
El SFS, también es llamado de síndrome Freman-Burian debido a los médicos que la describieron la primera vez, Ernest Arthur Freeman, un cirujano ortopédico de Inglaterra, y el Prof. Fredrick Burian, un cirujano plástico de la República Checa. En 1938, Freeman y el Dr. John Howard Sheldon, quien describió una condición diferente pero similar, ahora conocida como síndrome de Sheldon-Hall, publicaron la primera descripción del SFS, que llamaron “distrofia cráneo-carpo-tarsal”. En 1962, el Prof. Burian verificó la existencia del SFS, acuñando el término “síndrome de la cara silbante” y dio la primera descripción completa del SFS clásico.
El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) tiene ciertos síntomas específicos que están siempre presentes. Todos los que tienen SFS presentan las siguientes características:
Otros síntomas comunes incluyen:
El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) es causado por un cambio (variante patogénica o mutación) en el gen de la cadena pesada de la miosina embrionaria (MYH3), que se encuentra en la banda 13.1 del brazo corto (p) del cromosoma 17 (17p13.1). El gen MYH3 proporciona instrucciones para crear una proteína llamada miosina-3. Esta proteína, junto con otra llamada actina, juega un papel crucial en la formación de las fibras musculares y en la capacidad de los músculos para contraerse, lo cual es esencial para el movimiento muscular. La miosina-3 es específicamente activa en las fibras musculares durante el desarrollo fetal, donde es vital para el crecimiento y la formación normales de los músculos antes del nacimiento.
Los investigadores todavía están trabajando para comprender completamente cómo los cambios (variantes) en el gen MYH3 resultan en las señales y en los síntomas del síndrome de Freeman-Sheldon. Se cree que estos cambios genéticos interrumpen la función normal de la proteína miosina-3. Los estudios sugieren que estos cambios hacen que los músculos permanezcan contraídos durante demasiado tiempo y dificultan su relajación, lo que restringe el movimiento muscular. Esta falta de movimiento en los músculos y extremidades durante el desarrollo probablemente resulta en el endurecimiento de los músculos y los tejidos circundantes, llevando a contracturas (músculos tensos) que causan la característica apariencia de “cara silbante”, así como las deformidades en las manos, pies y columna vertebral.
El movimiento muscular limitado antes del nacimiento también podría interferir con el desarrollo normal de otras partes del cuerpo, lo que contribuye a las otras características asociadas con el síndrome de Freeman-Sheldon.
Un pequeño número de personas con el síndrome de Freeman-Sheldon no tienen variantes en el gen MYH3. En estas personas, se desconoce la causa del trastorno.
No se ha encontrado ninguna relación entre el SFS y factores ambientales o parentales, como la exposición a enfermedades, toxinas, medicamentos o sustancias nocivas.
Herencia
El síndrome de Freeman-Sheldon se hereda de manera autosómica dominante. Esto significa que tener una sola copia del gen alterado en cada célula es suficiente para causar el trastorno. La mayoría de los casos de síndrome de Freeman-Sheldon ocurren debido a nuevos cambios (variantes de novo) en el gen, que ocurren de forma espontánea y sin ser heredados. Sin embargo, en algunos casos, la variante se hereda de un padre afectado.
En casos muy raros, solamente algunos de los espermatozoides en los testículos, o de los óvulos en los ovarios, tienen una variante patogénica que no se encuentra en otras células del cuerpo, una condición conocida como mosaicismo de línea germinal. En estos casos, el padre no muestra signos ni síntomas del síndrome de Freeman-Sheldon, pero aún puede transmitir la variante genética a su hijo.
El riesgo de que un padre afectado de cualquier género biológico transmita el gen alterado en una condición autosómica dominante como el SFS a un hijo es del 50% en cada embarazo.
El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) es un trastorno muy raro. Se estima que entre 200 y 300 individuos en todo el mundo pueden estar afectados, pero el número de personas diagnosticadas y no diagnosticadas con SFS (prevalencia en la población) es desconocido. El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) parece ocurrir en todas las etnias, y regiones geográficas de manera uniforme y afecta a hombres y mujeres por igual.
El síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) es diagnosticado por médicos basándose en las señales y síntomas y en la historia clínica. Los cirujanos plásticos y los anestesiólogos especializados en tratar a pacientes con problemas en el cráneo y la cara son los mejores especialistas para diagnosticar y evaluar a las personas que podrían tener SFS.
Las siguientes señales y síntomas deben estar presentes para el diagnóstico de SFS:
Clásicamente, también debe haber dos o más áreas del cuerpo en que hay movimiento limitado de las articulaciones, frecuentemente las manos o los pies y los tobillos, pero el SFS puede diagnosticarse en personas que solamente tienen problemas en la cara.
Las personas con SFS tipo 2 tienden a ser las más levemente afectadas y tienen menos complicaciones, mientras que las personas con SFS tipo 1 o “clásico” tienden a ser las más gravemente afectadas y más propensas a tener complicaciones médicas. Las personas con SFS tipo 3 se encuentran entre los tipos 1 y 2 de SFS.
Las pruebas de imágenes médicas, las pruebas de función muscular y nerviosa y las pruebas respiratorias pueden ayudar a planear mejor el tratamiento, pero no son muy importantes para el diagnóstico. El diagnóstico de SFS antes del nacimiento (prenatal) puede ser posible si un padre tiene SFS, pero no se considera definitivo.
Si se utiliza la fertilización in vitro por una mujer con SFS y se conoce el cambio genético especifico que causa el SFS en esa mujer, el diagnóstico antes del embarazo (antes de que se fertilicen los óvulos) puede hacerse mediante la prueba de cuerpos polares de los óvulos, que son células que tienen el mismo material genético que el óvulo pero no se desarrollan.
La fertilización in vitro (FIV) es un procedimiento en el que se extrae un óvulo de una mujer de su ovario, se fertiliza con esperma en un plato de laboratorio (“in vitro” significa “en vidrio”), y luego el embrión resultante se transfiere nuevamente al útero de la mujer para establecer un embarazo; es un método común utilizado para tratar problemas de infertilidad cuando otros métodos no son exitosos.
El tratamiento del síndrome de Freeman-Sheldon (SFS) se enfoca en abordar problemas funcionales específicos que una persona afectada tenga. Dado que el SFS afecta principalmente la cara y el cráneo (áreas craneofaciales), es importante que un cirujano craneofacial coordine la atención general.
Las personas con SFS que son tratados por médicos de otras especialidades pueden no tener tan buenos resultados, ya que esos médicos podrían no comprender completamente cómo los problemas craneofaciales pueden afectar la salud general y el bienestar emocional.
Las terapias físicas, ocupacionales y del habla son esenciales para manejar el SFS. Estas terapias tienen como objetivo mejorar la función muscular, la movilidad y las habilidades de comunicación.
La cirugía se indica principalmente para tratar problemas dentales y bucales (cirugía oral y maxilofacial), así como para corregir afecciones en la cara, la cabeza y las manos (cirugía plástica). Aunque la cirugía puede potenciar los resultados de la terapia física, las opciones quirúrgicas pueden ser limitadas debido a la función muscular anormal que hay en el SFS. Es frecuente que se requieran cirugías adicionales con el tiempo para liberar músculos tensos y mejorar la movilidad.
Para obtener los mejores resultados, cualquier cirugía reconstructiva en la cara y el cráneo debe realizarse idealmente antes de que el niño comience la escuela. La cirugía temprana puede mejorar el habla, la respiración a través de la nariz, el acceso al cuidado dental y la apariencia facial. Si las deformidades faciales no se abordan temprano, pueden afectar significativamente las interacciones sociales y el bienestar emocional del niño a lo largo de su vida. Si los párpados obstruyen la visión, retrasar la cirugía podría llevar a la ceguera. Sin embargo, aunque la cirugía puede mejorar la apariencia facial, hay límites en cuanto a cuánto se puede mejorar.
La terapia física es la mejor opción para tratar las deformidades en las manos, los pies y la columna vertebral. Los aparatos ortopédicos y las férulas pueden ayudar a mantener el progreso logrado a través de la terapia física. Es importante comenzar la terapia física para las manos poco después del nacimiento y durante la infancia temprana (niños pequeños hasta como a los 5 años), aunque también puede ser benéfica en los adultos jóvenes.
La cirugía en los pies generalmente no se recomienda para las personas con SFS debido al alto riesgo de complicaciones. Si la cirugía de los pies no tiene éxito, puede llevar a que los pies queden no funcionales o incluso a la pérdida de uno o ambos pies. Si las deformidades en los pies no pueden corregirse con terapia y aparatos ortopédicos, se pueden utilizar prótesis para ayudar a la persona a caminar cómodamente sin necesidad de amputación.
Si se hace un diagnóstico temprano, una terapia física bien hecha y se lleva un estilo de vida saludable y activo, la mayoría de las personas con SFS pueden tener una buena calidad de vida. Una terapia adecuada, junto con cirugías cuidadosamente planificadas, puede mejorar mucho los resultados y reducir el impacto de los desafíos físicos en el desarrollo.
La gestión de las vías respiratorias es difícil, ya que protegerlas durante cuando las personas están inconscientes, como durante una anestesia, es complicado debido a las deformidades de la cabeza y el cuello. Los proveedores de atención médica pueden tener dificultades para acceder a los vasos sanguíneos para realizar pruebas o tratamientos, lo que complica la planificación de la anestesia y la cirugía.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre la enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Freeman Sheldon Syndrome” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Note que esta información puede ser bastante técnica por lo que recomendamos que la comparta con un profesional de la salud.
En español:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Freeman-Sheldon syndrome.
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Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/medicalert-assistance-program/Asegurarse de que los pacientes y los cuidadores estén equipados con las herramientas que necesitan para vivir su mejor vida mientras manejan su condición rara es una parte vital de la misión de NORD.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/rare-disease-educational-support/Este programa de asistencia, primero en su tipo, está diseñado para los cuidadores de un niño o adulto diagnosticado con un trastorno raro.
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