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Lepra

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Reconocimiento

NORD agradece a Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, parte de NORD (National Organization of Rare Disorders) por su asistencia en la preparación de este reporte en inglés y su modificación y traducción al español, el 24 de marzo del 2025.


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Resumen

La lepra, también conocida como enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa crónica que afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa del tracto respiratorio superior y los ojos. Si no se trata, puede provocar discapacidades progresivas y permanentes, incluyendo daño en los nervios, debilidad muscular y deformidades.¹

Las personas con lepra también pueden sufrir estigma y discriminación, lo que puede afectar su bienestar social y emocional. Sin embargo, la lepra es curable, y el tratamiento temprano puede prevenir complicaciones y detener la transmisión.

La lepra es causada por la bacteria Mycobacterium leprae. Se transmite a través de gotas expulsadas por la nariz y la boca de una persona no tratada durante un contacto estrecho y frecuente por un período prolongado. No obstante, la lepra no se propaga a través de interacciones casuales, tales como dar la mano o abrazar, compartir comidas o beber del mismo vaso o sentarse junto a una persona afectada con lepra.¹

La lepra se trata con antibióticos. Una vez que comienza el tratamiento, la persona afectada deja de ser contagiosa.¹,²

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Sinónimos

  • Enfermedad de Hansen
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Subdivisiones

  • Lepra tuberculoide (TT)
  • Lepra tuberculoide borderline (BT)
  • Lepra borderline media (BB)
  • Lepra borderline lepromatosa (BL)
  • Lepra lepromatosa (LL)
  • Lepra indeterminada
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Signos y Síntomas

La lepra afecta principalmente la piel y los nervios. Los síntomas comunes incluyen:¹,

  • Manchas en la piel más claras o más rojas de lo normal, a menudo con pérdida de sensibilidad
  • Engrosamiento o hinchazón de los nervios periféricos, lo que puede causar entumecimiento, hormigueo o debilidad muscular
  • Dolor o sensación de ardor en las manos o los pies
  • Problemas oculares que pueden provocar pérdida de visión si los nervios alrededor de los ojos están afectados
  • Úlceras o heridas que no cicatrizan debido al daño nervioso

En más del 90% de las personas afectadas, el primer síntoma notado es la perdida de sensibilidad en alguna parte del cuerpo (entumecimiento). La pérdida sensorial progresa en etapas; primero se pierde la sensación de temperatura, seguida de la pérdida del tacto ligero, y finalmente se pierde la sensibilidad al dolor y la presión profunda.⁴

La disminución o la ausencia de sensibilidad en las primeras lesiones cutáneas que aparecen en la lepra muestra que ya hay daño a los nervios (neuropatía) desde años antes de que se desarrollen estas lesiones en la piel. Lo más común es que la neuropatía se manifieste con pérdida de la percepción sensorial, aunque en algunos casos puede presentarse con dolor agudo (neuritis aguda) o dolor crónico (dolor neuropático) más adelante en la enfermedad.

Los primeros cambios en la piel suelen aparecer como una o pocas manchas pálidas (hipopigmentadas), que pueden evolucionar a diferentes formas de lepra.

Si no se trata, la lepra puede causar daño grave en los nervios, lo que lleva a parálisis, deformidades y discapacidades.

Hay dos esquemas de clasificación para la lepra: el sistema de Ridley-Jopling de 5 categorías y el sistema más simple de 3 categorías de la Organización Mundial de la Salud (OMS).4,5,6,7.8

Clasificación del sistema Ridley-Jopling

La lepra clasificada según el sistema Ridley-Jopling se basa en los síntomas cutáneos, la afectación nerviosa, los hallazgos de la biopsia y la cantidad de bacterias presentes. Esta clasificación ayuda a determinar cómo responde el sistema inmunológico a la enfermedad. Incluye cinco tipos, divididos en dos categorías principales: paucibacilar y multibacilar. También existe una forma indeterminada. Esta clasificación de la enfermedad puede cambiar a medida que evoluciona durante su progresión o manejo. El sistema de Ridley-Jopling se usa a nivel mundial y forma la base de los estudios clínicos sobre la lepra. También puede ser más útil para guiar los regímenes de tratamiento y evaluar el riesgo de complicaciones agudas. La clasificación es la siguiente:⁸

Lepra paucibacilar (menor cantidad de bacterias presentes)

  • Lepra tuberculoide (TT): Una o dos manchas de piel más clara o rojiza con bordes bien definidos y ligeramente elevados. Pérdida de sensibilidad (entumecimiento) en las áreas afectadas. Distribución asimétrica de las lesiones (aparecen más en un lado del cuerpo). No hay reacciones de lepra. La biopsia muestra una fuerte respuesta inmunitaria con cúmulos bien formados de células inmunitarias (granulomas) y sin bacterias detectables (no se detectan bacilos ácido-alcohol resistentes).
  • Lepra tuberculoide borderline (BT): Presencia de una a cinco manchas rojizas y engrosadas o una única lesión grande en forma de anillo. Entumecimiento en las áreas afectadas. Distribución asimétrica de las lesiones. Puede haber una reacción tipo 1 (inflamación que causa hinchazón y dolor en los nervios o la piel). Los hallazgos en la biopsia son similares a los de la lepra tuberculoide, con granulomas y muy pocas o ninguna bacteria detectable.

Lepra multibacilar (mayor cantidad de bacterias presentes)

  • Lepra borderline media (BB): Presencia de más de seis manchas cutáneas engrosadas con una apariencia desigual en “queso suizo”. Puede o no haber entumecimiento. Distribución asimétrica. Puede haber reacciones tipo 1 (sobrerreacción del sistema inmunológico). La biopsia muestra una combinación de características tuberculoides (fuerte respuesta inmune) y lepromatosas (respuesta inmune más débil), con muchas bacterias presentes.
  • Lepra borderline lepromatosa (BL): Más de seis manchas cutáneas en forma de anillo. Puede o no haber entumecimiento. Distribución simétrica (afecta ambos lados del cuerpo por igual). Puede desencadenar reacciones tipo 1 o tipo 2 (el tipo 2 implica nódulos dolorosos bajo la piel). La biopsia muestra muchas células inmunitarias presentes, principalmente macrófagos (un tipo de célula inmune), con grandes cantidades de bacterias.
  • Lepra lepromatosa (LL): Muchas manchas elevadas y nódulos, lo que lleva a facies leonina (piel engrosada en la cara, pérdida de cabello en cejas y pestañas, nariz ancha y lóbulos de las orejas agrandados). No hay entumecimiento. Distribución simétrica. Riesgo de reacción tipo 2, que puede causar nódulos cutáneos dolorosos, fiebre y dolor articular. Los hallazgos en la biopsia muestran una gran cantidad de células inmunitarias espumosas llenas de bacterias, con macrófagos que a menudo forman cúmulos llamados globi.
  • Lepra indeterminada: Algunas manchas pálidas en la piel con leve afectación nerviosa. Común en niños y puede curarse por sí sola. La biopsia muestra inflamación nerviosa leve con muy pocas bacterias. El diagnóstico sólo debe confirmarse si se encuentran tanto inflamación nerviosa como bacterias en la biopsia.

Esta clasificación ayuda a los médicos a elegir el mejor tratamiento según el tipo y la gravedad de la enfermedad.

Reacciones leprosas (ocurren en el 30%–50% de los casos)

Las reacciones leprosas son respuestas repentinas del sistema inmunológico que pueden empeorar los síntomas antes o después de iniciar el tratamiento. Estas reacciones son la principal causa de daño nervioso, discapacidad y deformidad en la lepra. Existen dos tipos principales:⁵

  • Reacción tipo 1 (reacción reversa): Se presenta en los tipos de lepra borderline. Provoca enrojecimiento e hinchazón de las lesiones cutáneas, así como hinchazón, sensibilidad y dolor en los nervios de las manos y los pies. Durante este proceso, puede ocurrir daño nervioso.
  • Reacción tipo 2 (eritema nudoso leproso, ENL): Se presenta en la lepra lepromatosa y se caracteriza por fiebre y nódulos cutáneos elevados, rojos y dolorosos. También puede haber dolor y sensibilidad en los nervios, con daño nervioso subsiguiente en manos y pies. El ENL también puede estar asociado con enfermedad articular (poliartalgia), inflamación ocular y orquitis (inflamación de los testículos).
  • Durante las reacciones de la lepra, y a veces, en casos sin signos evidentes de reacción, puede haber daño en los nervios de la cara, lo que resulta en debilidad en el cierre de los párpados y pérdida de sensibilidad en la córnea (anestesia corneal). Esto puede provocar sequedad y cicatrices corneales, lo que lleva a la ceguera. Las personas con lepra lepromatosa también pueden presentar inflamación del iris y la esclerótica del ojo, lo que puede causar deterioro visual y, en algunos casos, ceguera.

Bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR)

Los bacilos ácido-alcohol resistentes incluyen M. leprae y M. lepromatosis, y comparten la característica de acidorresistencia. La acidorresistencia es una propiedad física que permite a una bacteria resistir la decoloración por ácidos durante los procedimientos de tinción. Esto significa que, una vez que la bacteria se tiñe, no puede ser decolorada mediante los ácidos comúnmente utilizados en el proceso. Esta característica importante y única de ciertas bacterias permite su clasificación y detección mediante procedimientos de laboratorio relativamente sencillos, como la microscopía.⁹

Clasificación de la OMS

La clasificación de la lepra según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se basa en la cantidad de bacterias presentes y en la respuesta inmune del paciente. Puede variar desde una forma leve y localizada hasta una forma grave y diseminada.3,4,5,6,7,8

  • Lepra paucibacilar (PB) o lepra tuberculoide: Carga bacteriana baja. Se caracteriza por pocas (1–2) manchas rojas bien definidas con bordes elevados o una única mancha grande más clara (hipopigmentada) en la piel (menos de 10 cm). La piel en las lesiones es seca, áspera y sin vello debido a la pérdida de sudoración, con pérdida completa de la sensibilidad en las áreas afectadas. Los nervios afectados están engrosados y son dolorosos al tacto.
  • Lepra tuberculoide borderline (BT): Similar a la lepra tuberculoide, pero con lesiones más grandes (5–20 en número), bordes menos definidos, distribución asimétrica y lesiones “satélite”  (pequeñas manchas que rodean una más grande). La pérdida de sensibilidad es menor que en la lepra tuberculoide y la afectación nerviosa puede causar deformidades y discapacidades.
  • Lepra multibacilar (MB) o lepra lepromatosa: Carga bacteriana alta. Forma más grave. Los primeros síntomas incluyen congestión nasal, secreción y sangrado. También hay hinchazón y engrosamiento de las extremidades, especialmente en tobillos y piernas, con úlceras, así como muchas manchas más claras (hipopigmentadas) y rojizas en la piel.
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Causas y Herencia

La enfermedad de Hansen es causada por bacterias de crecimiento lento llamadas Mycobacterium leprae y Mycobacterium lepromatosis,²

  1. leprae y M. lepromatosis forman el complejo Mycobacterium leprae.¹ Las secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN) de M. leprae y M. lepromatosis (ADN es el material genético) difieren lo suficiente para distinguirlas como especies separadas, pero comparten muchas similitudes (ambas son parásitos intracelulares obligatorios que afectan principalmente los nervios) y causan la misma enfermedad.³ Estas bacterias son bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR).

La enfermedad probablemente se propaga cuando una persona no tratada tose o estornuda, liberando gotículas que contienen la bacteria. Una persona sana puede infectarse si inhala estas gotículas.

Para contraer la enfermedad, debe haber un contacto cercano y prolongado con una persona con lepra no tratada durante varios meses. La lepra no se transmite por contacto sexual ni puede pasar de madre a bebé durante el embarazo.²

En el sur de Estados Unidos, algunos armadillos están naturalmente infectados con la bacteria que causa la lepra. Si bien existe una pequeña posibilidad de que la bacteria se transmita de los armadillos a los humanos, el riesgo es muy bajo, y la mayoría de las personas que tienen contacto con armadillos no contraen la enfermedad.

La lepra NO se transmite a través del contacto casual, como abrazar, dar la mano, sentarse junto a alguien en un autobús, compartir comidas o bebidas, o tocar objetos como picaportes, ropa o libros. Una vez que una persona comienza el tratamiento, ya no puede propagar la enfermedad a otros.²

La mayoría de las personas (aproximadamente el 95%) no pueden infectarse porque su sistema inmunológico combate la bacteria de forma natural pero algunas personas son más vulnerables a la lepra debido a diferencias hereditarias en su respuesta inmunitaria.³

La respuesta inmunitaria a M. leprae tiene dos partes: inmunidad innata (determinada por la genética) e inmunidad adquirida (desarrollada en respuesta a la infección).3

La inmunidad innata (protección genética) ayuda a algunas personas a resistir la infección. Ciertos genes, como PARK2/PACRG y NOD2, afectan la susceptibilidad a la lepra.4

La inmunidad adquirida determina cómo reacciona el cuerpo a M. leprae después de la exposición. La gravedad de la enfermedad depende de la capacidad de la persona para generar una respuesta inmunitaria fuerte, que está influenciada por genes que no son parte del HLA (antígeno leucocitario humano). Los HLA se encuentran en la superficie de casi toda célula en el cuerpo humano, y en grandes cantidades en la superficie de los glóbulos blancos y ayudan al sistema inmunitario a establecer la diferencia entre los tejidos corporales y las sustancias que no son de su propio cuerpo.  Algunos grupos étnicos y familias pueden tener un mayor riesgo debido a factores genéticos.5

Además, las personas con inmunidad celular deteriorada (un tipo de respuesta inmunitaria importante para combatir infecciones) tienen más probabilidades de desarrollar lepra. La infección por VIH (síndrome de la inmunodeficiencia adquirida), la desnutrición y los tratamientos inmunosupresores (como los medicamentos utilizados después de trasplantes de órganos o para enfermedades autoinmunes) pueden aumentar la susceptibilidad.³

Los niños y adolescentes tienen mayor riesgo, posiblemente debido a defensas inmunológicas más débiles y una mayor exposición a contactos infecciosos. Los hombres son afectados con más frecuencia que las mujeres, aunque las razones de esto no se comprenden por completo.³

Si bien la exposición a M. leprae es necesaria para desarrollar lepra, la mayoría de las personas (alrededor del 95%) son naturalmente resistentes y no se enferman.³

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Frecuencia

La lepra es rara en los Estados Unidos. La mayoría de los casos en EE. UU. ocurren en personas que se infectaron en países donde la enfermedad es más común.¹,²

Cada año, se diagnostican hasta 225 personas en EE. UU. A nivel mundial, la lepra sigue presente en más de 120 países, con aproximadamente 200,000 nuevos casos reportados anualmente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países con el mayor número de nuevos casos son:¹,²

  • Brasil, India e Indonesia, que reportan más de 10,000 nuevos casos anuales.
  • Bangladesh, la República Democrática del Congo, Etiopía, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, Filipinas, Somalia, Sri Lanka, Sudán del Sur y Tanzania, que reportan entre 1,000 y 10,000 nuevos casos anuales.

Muchos países han reducido con éxito los casos de lepra, con 56 países reportando cero casos y 112 países reportando menos de 1,000 casos anualmente.

La OMS define la eliminación de la lepra como una prevalencia de menos de 1 caso por cada 10,000 personas. Este objetivo se logró a nivel mundial en el año 2000 y en la mayoría de los países para 2010. Sin embargo, la reducción de nuevos casos ha sido gradual, y se requieren esfuerzos continuos para detener la transmisión.

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Diagnóstico

La lepra suele diagnosticarse clínicamente por un profesional de la salud. En algunos casos difíciles de diagnosticar, pueden ser necesarias pruebas de laboratorio.

Los médicos buscan tres signos clave para confirmar la lepra:¹,²

  • Lesiones cutáneas con pérdida definida de sensibilidad (manchas pálidas o rojizas).
  • Nervios engrosados o agrandados, lo que provoca pérdida de sensibilidad o debilidad muscular.
  • Presencia de bacterias en una muestra de piel bajo el microscopio (prueba de frotis cutáneo). Esta prueba demuestra la presencia de bacterias en los casos de lepra lepromatosa y borderline lepromatosa, pero en los casos de lepra tuberculoide la cantidad de bacterias es demasiado baja para ser detectada en un frotis cutáneo.
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Tratamiento

Para fines de tratamiento, la lepra se clasifica en dos tipos:¹

  • Lepra paucibacilar (PB): 1 a 5 lesiones cutáneas sin bacterias detectadas en un frotis cutáneo.
  • Lepra multibacilar (MB): Más de 5 lesiones cutáneas, afectación nerviosa o bacterias detectadas en un frotis cutáneo.

La lera es completamente curable con una combinación de antibióticos conocida como terapia multimedicamentosa (TMM). La TMM incluye tres medicamentos: dapsona, rifampicina y clofazimina.¹,⁸

Estos medicamentos eliminan la bacteria, detienen la transmisión y curan la enfermedad:⁸

  • Dapsona: Actúa ralentizando el crecimiento bacteriano (bacteriostático). Los efectos secundarios pueden incluir síndrome de hipersensibilidad a la dapsona (una reacción alérgica rara pero grave), metahemoglobinemia (un trastorno sanguíneo que afecta la distribución de oxígeno) y anemia leve (común); la anemia grave es rara, pero puede ocurrir en personas con deficiencia de G6PD. Por lo tanto, se recomienda realizar pruebas para detectar deficiencia de G6PD antes de administrar dapsona.
  • Rifampicina: Es el medicamento más potente contra la lepra, ya que mata rápidamente las bacterias (bactericida). Los efectos secundarios incluyen infecciones en el hígado (hepatitis) y síntomas similares a la gripe. También puede interferir con otros medicamentos, incluyendo anticonceptivos y medicamentos para el VIH.
    Clofazimina: Actúa debilitando las bacterias (débilmente bactericida). Los efectos secundarios incluyen oscurecimiento de la piel (temporal, pero puede durar meses después de suspender el tratamiento), sensibilidad al sol (puede empeorar la decoloración de la piel) y, en dosis altas, problemas digestivos como náuseas y diarrea.

La clofazimina no está disponible en farmacias en EE. UU., pero se puede obtener a través del Programa Nacional de la Enfermedad de Hansen (NHDP) – ver abajo.Existen pequeñas diferencias entre las pautas de tratamiento de EE. UU. y las de la OMS en cuanto a la duración del tratamiento y los medicamentos utilizados. El tratamiento depende del tipo de lepra:⁸

Lepra paucibacilar (PB) (tuberculoide y borderline tuberculoide)

  • Pautas de la OMS: Dapsona, rifampicina y clofazimina durante 6 meses.
  • Pautas de EE. UU. (NHDP): Dapsona y rifampicina durante 12 meses. 

Lepra multibacilar (MB) (borderline, lepromatosa)

  • Pautas de la OMS: Dapsona, rifampicina y clofazimina durante 12 meses.
  • Pautas de EE. UU. (NHDP): Dapsona, rifampicina y clofazimina durante 24 meses.

La duración más prolongada del tratamiento en EE. UU. Se hace para tratar de garantizar la erradicación completa de la bacteria.

A los pocos días de comenzar el tratamiento, la persona ya no es contagiosa, por lo que no es necesario el aislamiento. Las lesiones cutáneas comienzan a mejorar en meses, pero la curación completa puede tardar años. Las bacterias muertas permanecen en el cuerpo por algún tiempo, lo que no significa que el tratamiento haya fallado.⁸

Medicamentos alternativos (para quienes no pueden tomar el tratamiento estándar) incluyen: 

Un nuevo medicamento, conocido como bedaquilina, está siendo estudiado por su capacidad para eliminar las bacterias de la lepra más rápido que la rifampicina. Los primeros estudios muestran resultados prometedores. 

El seguimiento recomendado durante el tratamiento es:⁸ 

  • Primer control: 2 a 4 semanas después de iniciar el tratamiento.
    Revisiones periódicas: Cada 3 meses para monitorear síntomas, piel y función nerviosa.
    Análisis de sangre regulares para detectar efectos secundarios de los medicamentos.
    Exámenes oculares para detectar complicaciones.

La adherencia a la medicación es crucial para prevenir recaídas o resistencia a los medicamentos. Los pacientes deben inspeccionar sus manos, pies y ojos diariamente para evitar lesiones. Medidas de protección, como usar calzado y guantes adecuados, pueden prevenir heridas debido al daño nervioso y la pérdida de sensibilidad.

De acuerdo al tipo de lepra, después de completar el tratamiento se recomienda:⁸

  • Lepra PB: Revisiones anuales durante 3 años.
    Lepra MB: Revisiones anuales durante 10 años.

Las recaídas son raras, pero suelen ocurrir entre 5 y 10 años después del tratamiento. Los pacientes deben acudir a una evaluación si aparecen nuevas lesiones.

Contrario a la creencia popular, la lepra no hace que los dedos y los pies se caigan. La pérdida de dedos y pies que a veces se observa no se debe a la infección de la lepra, sino a lesiones que ocurren debido al daño nervioso y la pérdida de sensibilidad en las extremidades. Estas heridas pueden infectarse con otras bacterias, causando la pérdida de hueso infectado y, finalmente, el acortamiento de los dedos o los pies. Si se previenen estas lesiones, gran parte de la discapacidad no ocurrirá.²

Lo más importante para prevenir la discapacidad permanente es diagnosticar y tratar a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad. Es fundamental administrar los medicamentos adecuados para eliminar la bacteria y tratar rápidamente las reacciones si ocurren. Para quienes ya han sufrido daño nervioso, la educación en el cuidado de manos, pies y ojos es clave para prevenir más lesiones y deformidades.²

El dolor neuropático es común y puede afectar mucho la calidad de vida. El uso de calzado protector especial ayuda a prevenir úlceras en los pies. En casos de deformidades graves (manos en garra, pie caído), puede ser necesaria la cirugía correctiva.²

En EE. UU., las personas con enfermedad de Hansen pueden recibir atención especializada en clínicas federales administradas por el Programa Nacional de la Enfermedad de Hansen (National Hansen’s Disease (Leprosy) Program – NHDP), con sedes en todo el país y en Puerto Rico.

Cualquier persona que necesite tratamiento para la lepra puede comunicarse con el NHDP al 1-800-642-2477 para obtener medicación gratuita y atención especializada.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece terapia multirresistente gratuita en todo el mundo.

Para detener la propagación de la lepra es necesario detectar y tratar la enfermedad de forma temprana. La OMS recomienda el rastreo de contactos para identificar a los contactos cercanos de los pacientes con lepra. Se administra una dosis única de rifampicina (SDR-PEP) a los contactos en riesgo para reducir su probabilidad de desarrollar lepra.

La OMS proporciona apoyo técnico, capacitación e investigación para ayudar a los países a eliminar la lepra. Su  Hacia cero lepra. Estrategia mundial contra la lepra (‎enfermedad de Hansen)‎ 2021–2030 se centra en:

  • Implementar programas nacionales de eliminación de la lepra
  • Ampliar la detección temprana y la prevención
  • Mejorar el tratamiento y la gestión de la discapacidad
  • Reducir el estigma y promover los derechos humanos

La OMS ha elaborado módulos de aprendizaje electrónico para ayudar al personal de salud de todos los niveles a adquirir más conocimientos y competencias en temas relacionados con el diagnóstico y el tratamiento de la lepra y con la atención de las discapacidades, material que es posible procurarse a través de la Academia de la OMS.

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Investigaciones

El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona vida información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta condición en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “leprosy” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)

Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu.

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Aprenda más

Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:

Note que esta información puede ser bastante técnica por lo que recomendamos que la comparta con un profesional de la salud.

En español:

  • Orphanet, la base de dados europea de enfermedades raras.
  • OMS, la Organización Mundial de la Salud.
  • PAHO, Pan American Health Organization, la Organizacion pan Americana de la salud.
  • Manual Merck, un sitio en la red hecho por la colaboración de profesionales expertos en el mundo.
  • MedlinePlus, el sitio en la red de la Biblioteca Nacional de la Salud.
  • Manual MCD, un servicio de información médica que tiene contenido relevante en dos versiones, para el profesional y para el público.

Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:

  • Online Mendelian Inheritance in Man (OMIM), un resumen completo y autorizado de genes humanos y fenotipos genéticos que está disponible gratuitamente. Debido a que OMIM está diseñado para ser utilizado principalmente por médicos y otros profesionales de salud, aunque sea abierta al público, la información es compleja y se recomienda a los usuarios que buscan información sobre una condición médica o genética personal que consulten con un médico calificado para obtener un diagnóstico y obtener respuestas a sus preguntas personales. Note que OMIM tiene información sobre la susceptibilidad a la lepra.
  • CDC, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
  • PubMed, un recurso gratuito donde se puede buscar artículos publicados de literatura médica. En la mayoría de los casos es posible ver los resúmenes del artículo y algunas veces se puede obtener la versión completa de un artículo de forma gratuita.

Vea también nuestra página en inglés de NORD: Leprosy (Hansen’s disease).

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Centros médicos con experiencia en mi enfermedad

Cuando se tiene una enfermedad rara o poco frecuente es muy importante encontrar a un médico que tenga experiencia en el diagnóstico y en el manejo.  De forma general, se recomienda que las personas con enfermedades raras busquen ser atendidas en centros médicos universitarios o terciarios ya que es más probable que los médicos que trabajan en estos centros hayan visto casos similares o tengan interés en la investigación, además de que cuentan con equipos de múltiples especialistas que trabajan en conjunto.

NORD tiene una lista de centros de excelencia en enfermedades raras que incluye muchos de los mejores centros médicos y académicos de los Estados Unidos.  Recomendamos que los pacientes compartan esta información con sus médicos para que sean referidos al centro más adecuado y conveniente. Esta lista está en expansión.

Para aprender más sobre NORD visite el siguiente enlace:  NORD en Español. 

Nota: El sitio web de la Organización Nacional de Enfermedades Raras (NORD), sus bases de datos y su contenido tienen derechos de autor de NORD. Ninguna parte del sitio web de NORD, las bases de datos o los contenidos pueden copiarse de ninguna manera, incluidos, entre otros, los siguientes: descarga electrónica, almacenamiento en un sistema de recuperación o redistribución con fines comerciales sin el permiso expreso por escrito de NORD.  Sin embargo, por la presente se otorga permiso para imprimir una copia impresa de la información sobre una enfermedad individual para su uso personal, siempre que dicho contenido no se modifique de ninguna manera y el crédito por la fuente (NORD) y el aviso de derechos de autor de NORD estén incluidos en la copia impresa. Cualquier otra reproducción electrónica u otras versiones impresas está estrictamente prohibida.

 

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Programas & Recursos

RareCare logo in two lines.

Programas de asistencia RareCare®

Programas de Asistencia Adicional

Programa de Asistencia MedicAlert

NORD y la Fundación MedicAlert se han asociado en un nuevo programa para brindar protección a pacientes con enfermedades raras en situaciones de emergencia.

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Programa de Apoyo Educativo de Enfermedades Raras

Asegurarse de que los pacientes y los cuidadores estén equipados con las herramientas que necesitan para vivir su mejor vida mientras manejan su condición rara es una parte vital de la misión de NORD.

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Programa de descanso para cuidadores raros

Este programa de asistencia, primero en su tipo, está diseñado para los cuidadores de un niño o adulto diagnosticado con un trastorno raro.

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