Última actualización: 4/21/2025
NORD agradece sinceramente al Dr. Simon Schimmack, del Hospital Universitario de Cirugía General, Visceral y de Trasplantes de Heidelberg, Alemania, y del Grupo de Investigación de Patobiología Gastrointestinal, Departamento de Cirugía Gastroenterológica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue modificado y posteriormente traducido al español por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 21 de abril del 2025.
Las neoplasias neuroendocrinas pancreáticas (pNENs) son un grupo de tumores malignos que surgen dentro del tejido endocrino del páncreas. El páncreas es una glándula ubicada entre el estómago, el bazo, y el intestino (las secciones del duodeno y del colon transverso). El páncreas contiene células exocrinas especializadas que secretan enzimas que viajan a los intestinos y ayudan en la digestión, así como células endocrinas, llamadas células de los islotes. El tejido endocrino es un tejido especializado que contiene células que secretan hormonas (por ejemplo, células α, células ß) en la sangre (endocrino) o a células locales (paracrino, autocrino). Estas hormonas cumplen diversas funciones en el cuerpo (por ejemplo, el metabolismo de la glucosa).
Las neoplasias que se originan en el tejido endocrino también pueden secretar hormonas, lo que resulta en niveles excesivos de estas en el cuerpo y en una gran variedad de síntomas. Existen varios subtipos de pNENs funcionales que son diferenciados por el tipo específico de hormona que secretan. Los insulinomas y gastrinomas son los tipos más comunes de pNENs que secretan hormonas.
Aunque no hay diferencia en diagnóstico y tratamiento, los pNENs pueden clasificarse como funcionales o no funcionales.
Las neoplasias neuroendocrinas no funcionales aún pueden causar síntomas relacionados con el tamaño y ubicación del tumor, como obstrucción o hemorragia interna. Tienen diferentes grados de diferenciación (grados 1-3), pero todas tienen potencial de transformación maligna.
La mayoría de los pNENs ocurren de forma esporádica, pero en algunos casos pueden formar parte de síndromes genéticos como la neoplasia endocrina múltiple tipo 1 (MEN1) o el síndrome de von Hippel-Lindau (VHL).
El término cáncer de páncreas generalmente se refiere al adenocarcinoma pancreático, un cáncer agresivo con mal pronóstico. Aproximadamente el 95%* de las malignidades pancreáticas son adenocarcinomas, cuyo pronóstico suele ser peor que el de los pNENs G1 y G2. Los carcinomas neuroendocrinos G3 tienen un pronóstico igualmente malo que los adenocarcinomas pancreáticos.
Los síntomas, la gravedad y la tasa de progresión de las neoplasias neuroendocrinas pancreáticas (pNENs) pueden variar mucho entre una persona y otra, incluso entre personas con el mismo tipo de malignidad.
Neoplasias asintomáticas
Los llamados pNENs no funcionales pueden no causar ningún síntoma (son asintomáticos) y a veces se diagnostican incidentalmente, pues como no secretan hormonas que causen síntomas, suelen crecer sin ser detectados. Cuando se detectan, a menudo ya son grandes. Más de la mitad ya han hecho metástasis al momento del diagnóstico, normalmente por haber permanecido sin detectar durante mucho tiempo.
A medida que crecen, pueden causar síntomas, principalmente relacionados con su tamaño y ubicación específica. El síntoma más común es el dolor abdominal y, en algunos casos, puede detectarse una masa abdominal. También pueden presentarse síntomas inespecíficos como:
Otros síntomas pueden deberse al tamaño del tumor, que puede obstruir o comprimir estructuras cercanas. Algunas personas pueden tener coloración amarilla de la piel (ictericia) y de los ojos (ictericia escleral). Los pNENs no funcionales pueden sangrar en el tracto gastrointestinal (estómago e intestinos).
Neoplasias sintomáticas
Los síntomas de los pNENs funcionales pueden variar mucho, dependiendo del subtipo específico y de la hormona sobreproducida. Algunos pNENs secretan más de una hormona, pero generalmente una predomina.
Insulinomas
En la mayor parte de los casos estos tumores son pequeños y el 90% son benignos. Son el tipo más común de pNEN. Producen insulina, una hormona que ayuda a regular el azúcar en sangre. Los síntomas pueden incluir:
En los casos graves puede haber coma y muerte.
El tratamiento recomendado es la enucleación del insulinoma, una operación conservadora del páncreas.
Gastrinomas
Producen una sustancia llamada gastrina, que estimula al estómago a liberar ácido en exceso. Los síntomas pueden incluir:
Más del 50% son malignos y pueden metastatizar. Causan el síndrome de Zollinger-Ellison.
Glucagonomas
Mas o menos el 70% son malignos. Estos tumores producen glucagón, que aumenta el azúcar en sangre (hiperglucemia). Los síntomas pueden incluir:
VIPomas
Estos tumores son frecuentemente malignos al diagnóstico. Son también llamados síndrome de Verner-Morrison o cólera pancreático. Secretan el polipéptido intestinal vasoactivo (VIP). Los síntomas pueden incluir:
Somatostatinomas
Estos tumores en la mayor parte de los casos son grandes y metastásicos al momento del diagnóstico. Producen somatostatina, que inhibe otras hormonas. Los síntomas pueden incluir:
ACTHomas
Producen ACTH (adrenocorticotropina), que estimula la producción de cortisol. Los síntomas del síndrome de Cushing pueden incluir:
GRFomas
Producen el factor liberador de la hormona de crecimiento.
Causan acromegalia, que es el agrandamiento anormal de brazos, piernas y cabeza.
Otros pNENs
La causa exacta de las neoplasias neuroendocrinas pancreáticas es desconocida. La mayoría de los pNENs ocurren al azar, sin una razón aparente (esporádicamente). Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollarlos. Una persona genéticamente predispuesta porta un gen (o genes) para desarrollar la enfermedad, pero el trastorno puede no manifestarse a menos que se active por ciertas circunstancias, como factores ambientales. Los factores genéticos o ambientales asociados con los pNENs son desconocidos. Se necesita más investigación para determinar qué factores específicos pueden influir en su desarrollo.
Algunas personas desarrollan un pNEN como parte de un síndrome genético más amplio, como la neoplasia endocrina múltiple tipo 1 (MEN1) o el síndrome de von Hippel-Lindau (VHL) o la neurofibromatosis tipo 1 (NF-1). Estos trastornos tienen síntomas y características físicas adicionales.
Las neoplasias neuroendocrinas pancreáticas (pNENs) parecen afectar ligeramente más a mujeres que a hombres. Personas de cualquier grupo étnico o racial pueden desarrollar un pNEN. Generalmente, los casos esporádicos aparecen entre los 30 y 60 años. Cuando ocurren como parte de un síndrome genético, tienden a presentarse en la infancia o adultez temprana. Los pNENs afectan aproximadamente a 1 de cada 100,000 personas por año. Representan entre el 2 y 4 por ciento de todas las neoplasias pancreáticas.
El diagnóstico de neoplasias neuroendocrinas pancreáticas (pNENs) se basa en la identificación de síntomas característicos (si los hay), la historia clínica del paciente, una evaluación clínica completa y varias pruebas especializadas. Estas pruebas incluyen técnicas avanzadas de imagen (escintigrafía con octreótido, tomografía axial computadorizada (TAC), resonancia magnética, PET-TAC, PET-RM), análisis de sangre (como cromogranina A, NETest), pruebas bioquímicas y biopsias.
Análisis de sangre, como:
Las pruebas bioquímicas son pruebas que miden si hay niveles anormales de hormonas u otras sustancias que el tumor pueda estar produciendo.
Las biopsias son procedimientos donde se hace una extracción de una pequeña muestra del tumor para analizarla al microscopio y confirmar el diagnóstico.
El tratamiento de personas con neoplasias neuroendocrinas pancreáticas (pNENs) puede requerir la coordinación de un equipo médico multidisciplinario que incluye oncólogos, gastroenterólogos, endocrinólogos, cirujanos, enfermeros oncológicos y otros especialistas.
Los procedimientos terapéuticos específicos pueden variar dependiendo de varios factores: ubicación y extensión del tumor primario (estadificación), si es maligno y si se ha diseminado, edad y estado general del paciente, y otros factores. Las decisiones deben tomarse en conjunto entre médicos, el paciente y su entorno, considerando beneficios, riesgos, y preferencias personales.
La única terapia curativa es la cirugía. Según el tamaño, ubicación y metástasis del tumor, se pueden utilizar diferentes técnicas quirúrgicas:
Si hay metástasis, puede ser necesaria la resección de ganglios linfáticos o lesiones hepáticas. En casos especiales, se considera el trasplante de hígado.
Otros métodos quirúrgicos que pueden ser usados incluyen:
Algunos pacientes reciben medicamentos análogos de somatostatina (como octreótido), una hormona que bloquea la actividad de otras hormonas en el cuerpo. Estos medicamentos pueden reducir significativamente los síntomas causados por la secreción hormonal de los pNENs.
En casos de enfermedad avanzada, metastásica o recurrente, puede recomendarse el uso de quimioterapia, a veces en combinación con cirugía. Se pueden usar fármacos combinados con diferentes mecanismos de acción.
En 2011, la FDA aprobó everolimus (Afinitor) para tratar pNENs progresivos, localmente avanzados o metastásicos no resecables.
También en 2011, se aprobó sunitinib malato (Sutent) para pNENs irresecables o metastásicos.
En 2025, la FDA aprobó cabozantinib (Cabometyx) para pacientes adultos y pediátricos (≥12 años) con pNENs tratados previamente, irresecables, avanzados localmente o metastásicos bien diferenciados, y también para tumores neuroendocrinos extra-pancreáticos bien diferenciados.
Cuando los pNENs hacen metástasis, el hígado es un sitio común.
Procedimientos utilizados incluyen:
Estas técnicas ayudan a frenar el crecimiento del tumor y reducir síntomas. En algunos casos, puede ser necesario extirpar parte del hígado. Muy rara vez, puede requerirse trasplante hepático.
Los cuidados de apoyo son muy importantes y consisten en aliviar síntomas o efectos secundarios sin curar la enfermedad.
Por ejemplo para los gastrinomas se pueden dar medicamentos inhibidores de bomba de protones (omeprazol) para reducir ácido estomacal, para los VIPomas, se puede hacer una reposición intravenosa de líquidos y electrolitos por diarrea severa, para los glucagonomas se puede hacer nutrición parenteral y transfusiones si hay pérdida significativa de nutrientes y para los somatostatinomas se hacen suplementos nutricionales y control de glucosa en sangre.
Se están explorando otras terapias como la inmunoterapia y la radioinmunoterapia. La inmunoterapia: estimula o suprime el sistema inmunológico para atacar el cáncer (ej. interferón alfa). La radioinmunoterapia: combina radiación con anticuerpos específicos contra el cáncer. Se necesita más investigación para determinar la eficacia y seguridad a largo plazo de estas terapias en pacientes con pNENs.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona vida información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta condición en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Pancreatic Neuroendocrine Neoplasms (pNENs)” o utilice los subtipos específicos como glucagonoma, insulinoma, PPoma, somatostatinoma o VIPoma para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu.
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Note que esta información puede ser bastante técnica por lo que recomendamos que la comparta con un profesional de la salud.
En español:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Pancreatic Neuroendocrine Neoplasms (pNENs).
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