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Carcinoma urotelial de pelvis renal y uréter

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Última actualización: 1/24/23
Años publicados: 2023


Reconocimiento

NORD agradece a Gregory Cichon, candidato a MD en la Facultad de Medicina de la Universidad de Creighton, Kevin McMahon, candidato a MD en la Facultad de Medicina de la Universidad de Creighton, y a Juan Chipollini, MD, FACS, profesor clínico asociado de Oncología Urológica, Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona. para la elaboración de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira el 12 de junio del 2024.


Resumen

El cáncer de células uroteliales (CU) de la pelvis renal y el uréter es bastante raro (aproximadamente 2 por 100 000 personas). Es un tipo de cáncer de células de transición en el tracto urinario.

El cáncer de células de transición es el cáncer que se forma en las  células  uroteliales (también se llaman células de transición), que revisten la uretra, la vejiga, los uréteres, la pelvis renal y algunos otros órganos. Estas células pueden cambiar de forma y estirarse sin romperse.

Los CU ocurren con mayor frecuencia (el doble de frecuencia) en la pelvis renal.

El síntoma inicial más común de estos tipos de cáncer es sangre en la orina (hematuria).

Los factores de riesgo de la CU incluyen el tabaquismo, la genética, el abuso de analgésicos, el consumo excesivo de café y el uso de la ciclofosfamida (un fármaco utilizado en quimioterapia).

Estos cánceres pueden diseminarse más comúnmente hacia la vejiga y pueden diseminarse a distancia  (hacer metástasis) a otros órganos.

El tratamiento actual para estos cánceres es la cirugía para extirpar el tracto urinario superior y la vigilancia posterior para garantizar que no haya recurrencia. Los cánceres en etapas más avanzadas también pueden requerir quimioterapia o radiación.

El pronóstico después de la cirugía varía y depende en gran medida del estadio del cáncer y de los factores de riesgo que la persona afectada tenga.

Se están realizando más investigaciones sobre diferentes tratamientos, mejores formas de diagnóstico y modalidades de detección para estos tipos de cáncer.

La pelvis renal se encuentra dentro del riñón y actúa como un sistema colector de orina que luego fluye hacia los uréteres. Los uréteres son tubos en forma de “S” de 20 a 30 cm que conectan los riñones con la vejiga, que recoge y almacena la orina recién formada hasta la micción.

Las capas internas (que entran en contacto directo con la orina) tanto de la pelvis renal como del uréter están revestidas por un epitelio de células de transición (también conocido como urotelio) que está rodeado por múltiples capas de tejido conectivo y músculo. Este tipo especializado de epitelio funciona como una barrera impermeable pero flexible que permite que ambas estructuras se estiren o acorten según el flujo de orina. Cuando esta capa de epitelio se vuelve cancerosa, se daña y puede tener una formación anormal de vasos sanguíneos, lo que resulta en una orina roja indolora.

Aunque los cánceres de pelvis renal y uréteres representan sólo el 5% de los cánceres del tracto urinario, casi todos los cánceres que ocurren aquí (95%) son del tipo de células uroteliales. Las personas que fuman tienen un riesgo entre 2,5 y 7 veces para tener este tipo de cáncer.

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Sinónimos

  • Carcinoma de células transicionales de pelvis renal y uréter
  • Carcinoma urotelial de las vías urinarias superiores
  • Carcinoma urotelial del tracto superior
  • Carcinoma de células transicionales de la pelvis y el uréter
  • Carcinoma de células transicionales de las vías urinarias superiores
  • UTUC
  • UC
  • CU-VUS
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Signos y Síntomas

Las señales y síntomas del carcinoma urotelial de pelvis renal y uréter incluyen:

  • Sangre en la orina (hematuria), el síntoma más común
  • Dolor en la parte baja de la columna (dolor lumbar)
  • Dolor al orinar
  • Pérdida de peso inexplicable.
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Causas y Herencia

Se cree que el cáncer de células uroteliales de pelvis renal y uréter es causado por cambios (mutaciones o variantes patogénicas)que resultan en la pérdida de un “gen supresor de tumores”.

Un gen supresor de tumores codifica una proteína que ayuda a regular la división celular, manteniéndola bajo control. Cuando un gen supresor de tumores es inactivado por una mutación, la proteína supresora no se produce o no funciona correctamente, y como resultado, puede producirse división celular en forma descontrolada. De esta forma, las mutaciones que afectan estos genes supresores de tumores pueden contribuir al desarrollo del cáncer.

Los cánceres pueden clasificarse en grados, como de bajo grado o alto grado. Los cánceres de bajo grado están asociados con mutaciones que resultan en  una pérdida de genes supresores de tumores funcionales, como p53, p19 y p16. Los cánceres de alto grado tienen mutaciones adicionales, como la pérdida del gen supresor de tumores RB1. Los cánceres más agresivos tienden a diseminarse inicialmente hacia la vejiga y pueden metastatizarse (diseminarse a distancia) a otros órganos.

En particular, la pérdida de ciertos genes supresores de tumores (como los enumerados anteriormente) no refleja el pronóstico de la persona afectada (resultado previsto) y los científicos todavía están estudiando cómo la pérdida de ciertos genes puede afectar el pronóstico en personas que tienen diferentes mutaciones.

Las personas afectadas con síndrome de Lynch tienen un mayor riesgo de sufrir cánceres de células de transición.

El tabaquismo es el factor de riesgo más conocido para el cáncer de células uroteliales. El abuso de analgésicos, la cafeína,  el uso del medicamento ciclofosfamida y la exposición ocupacional a agentes utilizados en las industrias del plástico y el alquitrán también pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de células de transición.

Estos agentes pueden inducir mutaciones que causan la pérdida de genes supresores de tumores (como las mencionadas anteriormente) en las células de transición (uroteliales) que recubren el interior de la pelvis renal o del uréter.

Las mutaciones que afectan las células de transición (uroteliales) no son heredadas.

 

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Frecuencia

El cáncer de células uroteliales de pelvis renal y de uréter afecta aproximadamente 2 por 100 000 personas.

La edad promedio de las personas que desarrollan tumores uroteliales del tracto urinario superior es de 65 años, y el riesgo de padecer este cáncer aumenta entre los 70 y los 80 años. Los tumores uroteliales son 3 veces más comunes en hombres que en mujeres y dos veces más comunes en personas de ascendencia europea que en personas de ascendencia africana. Los pacientes con antecedentes de tabaquismo tienen mayor riesgo de padecer estos cánceres.

Los antecedentes familiares de cáncer de células de transición, especialmente cuando un miembro de la familia fue diagnosticado a una edad temprana (<45 años) sin antecedentes de tabaquismo, y/o tener síndrome de Lynch, también pueden aumentar el riesgo de cáncer de células de transición.

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Diagnóstico

Los médicos generalmente diagnostican el cáncer de células uroteliales de la pelvis y del uréter realizando análisis de orina y sangre para verificar la función renal, la función del hígado (hepática), la función de la vejiga y para evaluar si hay infección. Por lo general, también se hacen algunos exámenes de imágenes, como una tomografía computarizada, que puede mostrar una masa irregular que bloquea el uréter o el riñón, lo que sugiere cáncer. Los médicos pueden realizar pruebas de imágenes adicionales, como una tomografía computarizada con contraste, conocida como urografía por tomografía computarizada.

Si la masa cancerosa es pequeña y no obstruye la pelvis renal o los uréteres, es posible que estas pruebas de imagen no la detecten inicialmente. Un urólogo, que es un médico especializado en el tracto urinario, puede realizar un procedimiento llamado uroscopia, que consiste en el uso de un endoscopio flexible que se inserta a través de la uretra (abertura en el pene o encima de la vagina a través de la cual la orina sale del cuerpo) para visualizar directamente la masa cancerosa en el uréter o en la pelvis renal y puede extraer pequeños trozos de tejido (biopsias) para realizar más pruebas.

Una vez que se confirma el diagnóstico, los médicos estadificarán el cáncer realizando más exámenes de imágenes para ver si se ha extendido a otras partes del cuerpo, como los pulmones o los ganglios linfáticos. Para ayudar con la estadificación, los médicos también pueden realizar pruebas genéticas, pruebas de células de orina y biopsias.

El pronóstico del cáncer diagnosticado varía mucho. Los factores que pueden mejorar el pronóstico incluyen no ser fumador, tener un grado más bajo, un estadio más bajo, la falta de recurrencia y una edad más joven.

Cuando los médicos hacen un estudio completo de un cáncer de células transicionales recién diagnosticado esto puede ayudar a guiar la elección de la terapia y aclarar mejor el pronóstico probable. Los investigadores todavía están investigando qué factores o pruebas podrían proporcionar la mejor información sobre la progresión de la enfermedad.

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Tratamiento

El tratamiento estándar para el cáncer de células transicionales de pelvis renal y uréter es la cirugía. La cirugía más común se conoce como nefroureterectomía radical en la que se extirpan el riñón, el uréter, la glándula suprarrenal y los ganglios linfáticos cercanos. La cirugía se puede realizar por vía laparoscópica mediante una cámara con pequeñas incisiones o de forma robótica para minimizar las complicaciones y disminuir la duración de la hospitalización, pero los tumores más grandes o agresivos pueden requerir una cirugía abierta. La mayoría de las personas se recuperan completamente de una nefroureterectomía en 6 semanas.

Las personas que tienen tumores de mayor grado que no pueden hacerse la cirugía radical pueden recibir quimioterapia tópica o sistémica a través de un catéter ureteral o de un tubo de nefrostomía.

Para tumores de grado inferior, se pueden considerar otros procedimientos menos invasivos, como:

  • Ablación del tumor mediante láser: Técnica que utiliza un láser para destruir el tumor.
  • Ureterectomía segmentaria: Extirpación de una parte del uréter, lo que permite preservar la función renal.

Los principales riesgos asociados con estas cirugías incluyen lesiones a los principales vasos sanguíneos o nervios, infecciones, efectos secundarios de la anestesia como náuseas y vómitos, y pérdida de sangre.

Después de una nefroureterectomía radical, la recurrencia del cáncer original no es común, pero la CU puede surgir en otras partes del sistema urinario, como la vejiga.

Por eso, las personas afectadas deben realizar un seguimiento con su médico de forma rutinaria para detectar cáncer de vejiga mediante cistoscopia, un procedimiento que le permite al médico examinar el revestimiento de la vejiga y el tubo que lleva la orina hacia afuera y con un examen citológico de la orina.

La frecuencia del seguimiento puede depender del estadio del cáncer original, así como de la probabilidad de recurrencia. La mayoría de las personas afectadas deben realizar un seguimiento cada 3 meses después de la cirugía durante el primer año y cada seis meses después.

En 2020, la FDA aprobó un tratamiento para los cánceres de células de transición del uréter y la pelvis renal de bajo grado llamado mitomicina pielocalicial (Jelmyto). Esta terapia utiliza un catéter ureteral o un tubo de nefrostomía para tratar médicamente el cáncer en lugar de cirugía.

Los pacientes con metástasis a otros órganos pueden requerir quimioterapia sistémica en lugar de quimioterapia dirigida, pero se han realizado pocos estudios debido a que esta enfermedad es bastante rara y no hay muchos afectados. También se siguen realizando estudios sobre si una combinación de cirugía y quimioterapia (conocida como quimioterapia adyuvante o neoadyuvante) son efectivos.

Los científicos todavía están investigando formas médicas y quirúrgicas alternativas para tratar el cáncer de células de transición de la pelvis renal y el uréter. Se están realizando más investigaciones sobre marcadores tumorales para un mejor diagnóstico, pronóstico y vigilancia del cáncer de células de transición. Se están estudiando vías moleculares y genéticas como posibles terapias y pruebas médicas. Se están realizando ensayos clínicos sobre nuevas terapias para ayudar en el tratamiento de estos cánceres.

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Investigaciones

El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre el carcinoma quístico adenoide en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Urothelial carcinoma of the renal pelvis and ureter” o “Transitional cell carcinoma of the renal pelvis and uréter” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)

Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu

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Referencias

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Gen supresor de tumores. National Human Genome Research Institute. June 12, 2024. https://www.genome.gov/es/genetics-glossary/Gen-supresor-de-tumores

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Aprenda más

Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:

  • Orphanet, la base de dados europea de enfermedades raras.
  • NCI, el Instituto Nacional del Cáncer.

Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:

  • Medscape Reference, un sitio en la red que tiene información para médicos y profesionales de la salud. Es posible que se tenga que registrar, pero el registro es gratuito.
  • Manual Merck, un servicio de información médica en la red.
  • PubMed es un recurso gratuito donde se puede buscar artículos publicados de literatura médica. En la mayoría de los casos es posible ver los resúmenes del artículo y algunas veces se puede obtener la versión completa de un artículo de forma gratuita.

 Vea también el reporte en ingles sobre esta enfermedad: Urothelial carcinoma of the renal pelvis and uréter.

 

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Centros médicos con experiencia en mi enfermedad

Cuando se tiene una enfermedad rara o poco frecuente es muy importante encontrar a un médico que tenga experiencia en el diagnóstico y en el manejo.  De forma general, se recomienda que las personas con enfermedades raras busquen ser atendidas en centros médicos universitarios o terciarios ya que es más probable que los médicos que trabajan en estos centros hayan visto casos similares o tengan interés en la investigación, además de que cuentan con equipos de múltiples especialistas que trabajan en conjunto.

NORD tiene una lista de centros de excelencia en enfermedades raras que incluye muchos de los mejores centros médicos y académicos de los Estados Unidos.  Recomendamos que los pacientes compartan esta información con sus médicos para que sean referidos al centro más adecuado y conveniente. Esta lista está en expansión.

Para aprender más sobre NORD visite el siguiente enlace:  NORD en Español.

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