Última actualización:
June 15, 2020
Años publicados: 1986, 1994, 2001, 2009, 2012, 2017, 2020
NORD agradece a Christina Nelson, MD, MPH, epidemióloga médica, División de Enfermedades Transmitidas por Vectores, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, el 8 de noviembre del 2023.
La bartonelosis es un grupo de enfermedades infecciosas causadas por bacterias del género Bartonella, que incluye al menos 22 especies de bacterias que se transmiten principalmente por portadores (vectores), como pulgas, piojos o insectos (flebótomos). Tanto los animales domésticos como los salvajes pueden infectarse con especies de Bartonella (Bartonella spp) por estos vectores.
Entre las especies de Bartonella spp, al menos 14 han sido implicadas en enfermedades que pueden transmitirse de animales a personas (enfermedad zoonótica). De estas especies zoonóticas, varias pueden transmitirse a los humanos a través de animales de compañía (perros y gatos), generalmente a través de una mordedura o rasguño.
Las enfermedades humanas que se ha identificado que son causadas por una de las bacterias Bartonella spp incluyen la enfermedad por arañazo de gato (causada por Bartonella henselae), la enfermedad de Carrión (causada por Bartonella bacilliformis) y la fiebre de las trincheras (causada por Bartonella quintana).
La Bartonella spp también se ha asociado con enfermedades de la piel (angiomatosis bacilar), del hígado (peliosis hepática), del corazón (endocarditis), de los ojos (neurorretinis), de la sangre (bacteriemia) y del cerebro (encefalitis). Sin embargo, la infección por Bartonella no siempre causa problemas notables de salud y varios estudios han detectado personas aparentemente sanas que dieron positivo (seropositivo) para Bartonella pero que no tenían síntomas típicos de Bartonella.
Las personas que se enferman, por lo general, tienen una enfermedad leve que se resuelve sin tratamiento (es autolimitada). No obstante, la Bartonella puede causar una infección grave en algunas personas. Las personas que tienen problemas de inmunidad como las que reciben tratamientos inmunosupresores para el cáncer, o que han recibido trasplante de órganos y las personas con VIH/SIDA, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y potencialmente mortal.
La bacteria Bartonella bacilliformis fue descubierta en 1909 por el Dr. Alberto Barton. Las enfermedades causadas por Bartonella spp ocurren en todo Estados Unidos y en las principales regiones del mundo, siendo más frecuentes en áreas que albergan insectos portadores (vectores artrópodos).
Las enfermedades en humanos que se ha identificado que son causadas por una de las especies de Bartonella incluyen la enfermedad por arañazo de gato, la enfermedad de Carrión y la fiebre de las trincheras.
Enfermedad por arañazo de gato
La enfermedad por arañazo de gato es causada por Bartonella henselae (B. henselae). Los síntomas pueden variar de leves a graves. Aunque en la mayoría de los casos la enfermedad se resuelve de forma espontánea en un plazo de 2 a 4 meses sin tratamiento, en personas con casos graves y/o que tienen un sistema inmunológico debilitado, como las personas que tienen el VIH/SIDA, se recomienda el tratamiento con antibióticos.
Es posible que los síntomas principales de la enfermedad por arañazo de gato no aparezcan hasta varios días o semanas después de la exposición. Los síntomas más comunes pueden incluir:
Otros síntomas comunes de la enfermedad por arañazo de gato pueden incluir:
Los síntomas menos comunes incluyen:
Las complicaciones raras de la infección por Bartonella henselae ocurren más en personas con problemas de inmunidad (inmunocomprometidas), como aquellas que reciben tratamientos inmunosupresores para el cáncer, pacientes con trasplante de órganos y personas con VIH/SIDA, aunque también se informan cada vez más en personas con inmunidad normal (inmunocompetentes).
Algunas manifestaciones atípicas se han informado en personas afectadas pero sin los síntomas típicos de la enfermedad. Los niños, en particular, parecen desarrollar:
Otras complicaciones pueden incluir:
La enfermedad de Carrión, causada por Bartonella bacilliformis (B. bacilliformis), una enfermedad infecciosa rara que originalmente se pensaba que ocurría sólo en los Andes peruanos, pero que más recientemente se ha visto en otros países sudamericanos. Se han encontrado nuevos casos de la enfermedad en personas que han viajado a otras partes del mundo.
En la mayoría de las personas afectadas, la enfermedad de Carrión se caracteriza por dos etapas bien definidas: una fase aguda repentina conocida como fiebre de Oroya, que, por lo general, se desarrolla entre 3 y 12 semanas después de la exposición a la bacteria B. bacilliformis y una segunda etapa en que hay una erupción en la piel, benigna y crónica, que consiste en nódulos elevados de color púrpura rojizo conocidos como verruga peruana.
Las formas más leves de la enfermedad de Carrión pueden no tener una etapa aguda evidente, o sea, la enfermedad solamente se nota cuando aparecen las lesiones en la piel (verruga peruana). En estos casos el inicio es gradual y puede haber fiebre durante menos de una semana que muchas veces ni siquiera es reconocida como una manifestación de la enfermedad de Carrión.
Fiebre de Oroya: La fiebre de Oroya puede caracterizarse por una aparición repentina de fiebre alta, sudoración profusa, dolor de cabeza intenso, escalofríos, debilidad y palidez de la piel
Se cree que el mal funcionamiento de los órganos y las complicaciones que pueden ser mortales son el resultado de una anemia hemolítica grave y de la formación anormal de coágulos sanguíneos dentro de los vasos sanguíneos pequeños (trombosis microvascular)que resulta en que los vasos sanguíneos no consigan llevar sangre oxigenada a los tejidos del cuerpo y en que, por tanto, no haya suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo (isquemia).
Además, en algunos casos, la etapa aguda de la enfermedad de Carrión puede complicarse y ser más grave, porque hay otras infecciones al mismo tiempo, como la salmonelosis o la malaria (es decir, infecciones intercurrentes).
En las personas afectadas por la fiebre de Oroya, cuando se están recuperando, la fiebre disminuye y se puede ver que la bacteria está desapareciendo cuando pequeñas muestras de sangre son analizadas en el examen microscópico.
Los informes sugieren que las recaídas o recurrencias de la fiebre de Oroya son raras. Según los expertos, la reaparición de la fiebre después de la mejoría inicial de los síntomas sugiere que hay una infección secundaria por alguna otra bacteria, como por ejemplo la bacteria Salmonella.
Después de que pasa la etapa aguda de la infección (fiebre de Oroya), las personas que no reciben tratamiento suelen desarrollar lesiones en la piel (cutáneas) en semanas o meses. Esta segunda etapa se conoce como verruga peruana. Como comentado anteriormente, la verruga peruana puede desarrollarse en personas que han tenido o no síntomas previos de fiebre de Oroya.
Verruga peruana: La verruga peruana, por lo general, se caracteriza por lesiones en la piel (cutáneas) de color rojizo y púrpura que ocurren en una serie de brotes que pueden desarrollarse en un área a medida que sanan en otra y que pueden reaparecer en ciertos sitios. En el comienzo las lesiones pueden ser diminutas, y, con el tiempo, se vuelven nodulares (aproximadamente 0,2 a 4 centímetros de diámetro), y pueden sangrar, ulcerarse o convertirse en ampollas que contienen pus (pústulas). Aunque normalmente brotan en la piel expuesta, como en la cara, los brazos y las piernas, a veces también pueden desarrollarse dentro de las membranas mucosas y los órganos internos. En personas no tratadas, la verruga peruana puede persistir durante un período de meses a años.
En la fiebre de trincheras, causada por Bartonella quintana (B. quintana), los síntomas aparecen a los pocos días o hasta cinco semanas después de la exposición a la bacteria. Las personas afectadas pueden desarrollar fiebre repentina, escalofríos, debilidad, dolor de cabeza, mareos, dolor de piernas y de espalda y/u otras anomalías. La fiebre inicial puede durar entre cuatro y cinco días y puede reaparecer una o varias veces, y cada episodio dura unos cinco días.
Los hallazgos adicionales pueden incluir una erupción cutánea temporal que consiste en lesiones planas (maculares) o elevadas (papulares), y/o agrandamiento del hígado o del bazo (hepatomegalia o esplenomegalia). La fiebre de trincheras suele resolverse sola, pero pueden haber recaídas y, en algunos casos, la bacteria queda en la sangre por mucho tiempo (estados bacteriémicos crónicos). También se ha informado de una forma grave de infección por B. quintana en personas inmunodeprimidas, por ejemplo, en personas que tienen SIDA.
La bacteria Bartonella invade los glóbulos rojos (eritrocitos) y el revestimiento de los vasos sanguíneos (células endoteliales), donde prolifera. Dentro de los eritrocitos, la bacteria no puede ser atacada por las células que normalmente defienden el cuerpo de las bacterias o de los virus (respuesta inmune primaria y secundaria), por lo que, en algunos casos, la bacteria puede persistir por bastante tiempo.
Enfermedad por arañazo de gato
La enfermedad por arañazo de gato es causada por la bacteria B. henselae. Casi la mitad de los gatos son portadores de la infección en algún momento, pero la infección no enferma a los gatos. Sin embargo, el arañazo o la mordedura de un gato infectado puede causar síntomas en las personas. Las pulgas transmiten las bacterias Bartonella de un gato a otro. La bacteria está presente en las garras o en la boca del gato y las personas se infectan por una mordedura o un arañazo de gato, que no debe ser necesariamente grave para que se produzca una infección. Los niños son los afectados con mayor frecuencia. Algunos informes de casos han sugerido que puede ocurrir transmisión de las pulgas de los gatos directamente a los humanos, pero esto aún no se ha demostrado. No se ha observado la transmisión de gato a gato ni de persona a persona. También ha habido informes de la enfermedad tras un arañazo o mordedura de perro en el 5% de los casos.
Debido a que los gatos están infectados con B. henselae por pulgas, prevenir la exposición a las pulgas reducirá la infección por B. henselae en gatos y gatitos y, por lo tanto, evitará la infección en humanos.
Los gatitos menores de 12 meses tienen muchas más probabilidades de transmitir la enfermedad que los gatos adultos. Los gatos que viven al aire libre y los gatos infestados de pulgas también tienen más probabilidades de mostrar anticuerpos (prueba seropositiva) contra B. henselae. Como comentado antes, los animales que portan la enfermedad no están enfermos y no presentan ningún síntoma. No todas las personas expuestas al animal portador desarrollarán la enfermedad por arañazo de gato y, en la mayoría de los casos, los síntomas son temporales (transitorios) y leves.
Enfermedad de Carrión
La bacteria B. bacilliformis causa la enfermedad de Carrión o fiebre de Oroya (fase aguda de la infección) y de la verruga peruana (fase crónica de la infección). La bacteria es transportada y transmitida principalmente por un pequeño insecto nocturno conocido como Lutzomyia (anteriormente llamado Phlebotomus).
La bacteria B. bacilliformis entra en la sangre a través de la picadura del flebótomo, lo que permite que la bacteria se adhiera a la superficie de los eritrocitos (células rojas de la sangre). La invasión y reproducción bacteriana resulta en que los eritrocitos se vuelvan muy frágiles y se destruyan (hemólisis). Esto resulta en una disminución anormal de los niveles de glóbulos rojos y en una reducción de las concentraciones de hemoglobina, el componente de la sangre que transporta oxígeno (anemia hemolítica).
Además, la bacteria puede invadir las células que recubren los vasos sanguíneos pequeños (células endoteliales capilares), lo que podría provocar el bloqueo del flujo sanguíneo normal (oclusión vascular). La anemia hemolítica grave y la formación anormal de coágulos sanguíneos dentro de los vasos sanguíneos pequeños pueden provocar complicaciones muy graves si no hay un tratamiento adecuado inmediato.
A medida que se desarrolla la inmunidad, los niveles de la bacteria disminuyen bastante en la sangre. Sin embargo, sin un tratamiento de antibióticos adecuado, la presencia de bacteria en la sangre (bacteriemia asintomática de bajo grado) puede persistir durante meses o años en algunos casos.
Después del período libre de síntomas (latente), la mayoría de las personas que no reciben tratamiento desarrollan las lesiones cutáneas distintivas características de la verruga peruana. Las lesiones nodulares consisten en vasos sanguíneos recién formados (proliferación neovascular) infiltrados por ciertos glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en la lucha y destrucción de microorganismos invasores (por ejemplo, linfocitos, macrófagos).
La fiebre de trincheras es causada por una infección con B. quintana, muy probablemente transmitida por el piojo del cuerpo humano (Pediculus humanus) y se encuentra comúnmente en poblaciones sin hogar, alcohólicas y afectadas por la pobreza, donde a menudo se presentan condiciones sanitarias e higiénicas deficientes. Otras enfermedades identificadas como causadas por B. quintana incluyen angiomatosis bacilar (lesiones angioproliferativas), bacteriemia y endocarditis. La endocarditis humana ahora se ha asociado con al menos nueve especies diferentes de Bartonella.
La Bartonella vinsonii subsp. berkhoffii puede causar enfermedad en personas sin problemas inmunes (inmunocompetentes) con endocarditis, artritis, enfermedades neurológicas y neoplasia vasoproliferativa.
Los perros y los caninos salvajes (zorros, coyotes, lobos) pueden ser los portadores de esta bacteria, y las garrapatas son los vectores sospechosos, pero esto no ha sido probado científicamente.
La mayoría de las infecciones en pacientes inmunocomprometidos son causadas por B. henselae y B. quintana. A diferencia de las personas inmunocompetentes que generalmente desarrollan enfermedades más leves, como la enfermedad por arañazo de gato y la fiebre de las trincheras, los pacientes inmunocomprometidos, incluidos los pacientes con VIH/SIDA y postrasplantes, tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades más graves.
La enfermedad por arañazo de gato causada por la infección por B. henselae ocurre en aproximadamente 1 de cada 10.000 personas. En algunos estudios se ha demostrado que la enfermedad por arañazo de gato ocurre con más frecuencia en hombres que en mujeres con una proporción de 3:2.
Sin embargo, otros estudios han demostrado tasas iguales entre hombres y mujeres. Se ha sugerido que los varones son afectados con más frecuencia que las mujeres porque tienen una tendencia a jugar más bruscamente con los gatos y, en consecuencia, un mayor riesgo de mordeduras y arañazos.
Los casos de la enfermedad del arañazo del gato ocurren en todo Estados Unidos y en todo el mundo, con una incidencia mayor en regiones con temperaturas y humedad más altas, lo que sustenta grandes poblaciones de pulgas. En Estados Unidos, la mayoría de los casos ocurren entre los meses de julio y enero. Un estudio de 2016 concluyó que la incidencia de esta enfermedad en los Estados Unidos es mayor en el sur y menor en el oeste.
Hasta hace poco, la enfermedad de Carrión ha estado restringida a las regiones de los Andes de los países sudamericanos de Colombia, Perú y Ecuador a elevaciones de 1000 a 3000 metros debido a que aquí hay muchos insectos del tipo Lutzomyia. Los casos en otras partes del mundo se encuentran en viajeros, que presumiblemente adquirieron la infección mientras visitaban uno de estos países. La fiebre de Oroya fue reconocida por primera vez en el siglo XIX como la causa de fiebre aguda y anemia hemolítica altamente mortal en los trabajadores ferroviarios del Perú.
La causa bacteriana común de la fiebre de Oroya y la verruga peruana fue confirmada por un estudiante de medicina peruano, Daniel Carrión, en 1885, cuando murió por una anemia hemolítica aguda después de inyectarse sangre de una lesión cutánea de verruga peruana. Desde entonces, el espectro de la infección por B. bacilliformis que se manifiesta en la fiebre de Oroya y la verruga peruana se ha denominado “enfermedad de Carrión”.
La fiebre de trincheras se describió por primera vez durante la Primera Guerra Mundial, cuando afectó a casi un millón de soldados. La infección por B. quintana afecta personas en todo el mundo, aunque existen pocos datos sobre la incidencia entre poblaciones específicas, pero se sabe que muchas personas tienen anticuerpos contra Bartonella spp.
La mayoría de los casos de enfermedad por arañazo de gato pueden diagnosticarse según los síntomas y los antecedentes de la persona afectada, como el desarrollo de pápulas o pústulas después de la exposición a vectores o un arañazo o mordedura de gato. El desarrollo de ganglios linfáticos inflamados y fiebre hacen que se sospeche aún más el diagnóstico de esta enfermedad.
Hay pruebas de sangre (serológicas) para confirmar el diagnóstico, que miden los anticuerpos frente a las bacterias presentes en la sangre. La detección de anticuerpos IgG e IgM en suero sanguíneo contra Bartonella henselae, es una forma precisa de identificar la enfermedad del arañazo del gato. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunológico para ayudar al organismo a defenderse de un ataque en concreto, como las bacterias que provocan la enfermedad por arañazo de gato.
En personas muy enfermas o con un sistema inmunitario debilitado, el médico puede tomar una muestra de sangre y enviarla al laboratorio para cultivar las bacterias e identificarlas. O bien, el médico puede insertar una aguja en un ganglio linfático infectado para extraer una muestra de líquido.
Los médicos pueden hacer la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) a esta muestra para aumentar la cantidad de ADN de las bacterias, de modo que estas puedan detectarse con mayor rapidez. PCR es una técnica molecular que se utiliza para detectar material genético específico en la sangre.
La enfermedad de Carrión se puede diagnosticar basándose en una evaluación clínica detallada, la detección de síntomas característicos y hallazgos físicos, un historial completo del paciente, incluida información sobre viajes recientes a regiones donde se sabe que ocurre la enfermedad de Carrión; y pruebas de laboratorio especializadas. Por ejemplo, durante la etapa aguda, la bacteria se puede ver fácilmente dentro de los glóbulos rojos en los frotis de sangre. Con esta prueba de diagnóstico, se extiende una gota de sangre en un portaobjetos, se tiñe con tintes especiales para hacer que las células sanguíneas sean más visibles y se examina bajo un microscopio.
Durante la etapa cutánea crónica, la bacteria se puede aislar de las lesiones cutáneas. Los frotis de sangre suelen ser negativos durante esta segunda etapa. Sin embargo, la bacteria puede cultivarse a partir de la sangre y crecer en condiciones controladas en el laboratorio, lo que permite la identificación del microorganismo causante. En algunos casos, se pueden utilizar otros estudios de laboratorio para ayudar a diagnosticar la enfermedad de Carrión.
El examen microscópico de frotis de sangre teñidos con Giemsa se utiliza para detectar B. bacilliformis en las personas que pueden tener la enfermedad de Carrión. Otras especies de Bartonella son visibles sólo con tinciones de plata (Warthin-Starry, Steiner, Dieterle), aunque a veces no, o, están presentes en cantidades tan bajas que no son detectables.
Debido a la reactividad cruzada serológica entre las especies de Bartonella y otras bacterias, el análisis por PCR de tejidos y fluidos corporales es la prueba de diagnóstico más específica, especialmente para identificar distintas especies de Bartonella.
Las pruebas serológicas se utilizan para diagnosticar la fiebre de las trincheras. Sin embargo, es difícil de diagnosticar en el laboratorio, especialmente con hemocultivos, ya que los resultados suelen ser negativos incluso cuando la infección es evidente y el crecimiento suele tardar entre 20 y 40 días.
Además, algunas personas afectadas pueden tener una mayor susceptibilidad a determinadas infecciones, como por ejemplo la bacteria Salmonella (salmonelosis). La infección con ciertas cepas de la bacteria Salmonella puede causar fiebre alta, dolor abdominal, diarrea con sangre, náuseas, vómitos, sarpullido y/u otros síntomas y hallazgos. En algunos casos, cuando no se hace el tratamiento adecuado con antibióticos, la bacteria B. bacilliformis puede permanecer presente en la sangre (bacteriemia) durante meses o años sin síntomas aparentes (asintomático), lo que podría dar lugar a una propagación continua de la enfermedad a otras personas (es decir, como «reservorio» o una fuente continua de enfermedades infecciosas).
La infección por Bartonella puede ser difícil de diagnosticar. Las pruebas serológicas pueden ayudar en la detección de laboratorio de bartonelosis cuando se encuentran resultados positivos. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, pueden ocurrir falsos negativos (lo que significa que, aunque hay infección los exámenes son negativos), lo que resulta en que las personas afectadas no sean diagnosticadas ni tratadas cuando no se realizan más pruebas.
Las imágenes abdominales ayudan al diagnóstico importante para pacientes con sospecha de enfermedad hepatoesplénica y que presentan fiebre prolongada.
La enfermedad por arañazo de gato suele desaparecer sola, sin ningún tratamiento, normalmente de 2 a 4 meses. El tratamiento es sintomático y de apoyo. Se pueden dar antipiréticos (reductores de fiebre) y analgésicos (medicamentos que disminuyen el dolor) según sea necesario. Se puede aplicar calor local en el lugar de los ganglios linfáticos afectados.
La enfermedad por arañazo de gato suele tener muy buen pronóstico y no tiene efectos sobre la salud a largo plazo.
Si el ganglio linfático afectado produce pus (supura) y se agranda y/o duele, puede ser necesario drenar el ganglio. Es preferible drenar el pus a través de una aguja (aspiración). Normalmente una aspiración es suficiente para aliviar las molestias.
Algunas veces el médico también prescribe antibióticos, como la azitromicina, para reducir la hinchazón de los ganglios linfáticos y evitar que la enfermedad se extienda.
Las personas con un sistema inmunitario debilitado pueden prevenir la infección evitando la compañía o la presencia de gatos domésticos.
Se ha demostrado una reducción más rápida del tamaño de los ganglios linfáticos con un tratamiento de cinco días con azitromicina.
Se pueden considerar antibióticos para enfermedades graves o sistémicas. Si las personas con un sistema inmunológico debilitado (sobre todo las que tienen infección por el VIH o SIDA) sufren una infección diseminada, necesitan tomar antibióticos que deben tomarse durante semanas o meses.
Otros antibióticos que se han considerado eficaces incluyen doxiciclina, rifampicina, ciprofloxacina, gentamicina y trimetoprim/sulfametoxazol.
La combinación de doxiciclina y la rifampicina son los medicamentos preferidos para tratar la neurorretinitis.
El tratamiento antibiótico para las complicaciones de la endocarditis debe incluir un aminoglucósido prescrito durante un mínimo de dos semanas, seguido de doxiciclina o ceftriaxona durante seis semanas.
El tratamiento para la fiebre de Oroya es el antibiótico cloranfenicol (debido a la infección frecuente e intercurrente por Salmonella). También se ha recomendado la ciprofloxacina.
La terapia con antibióticos puede tratar rápidamente la enfermedad febril aguda de la fiebre de Oroya. Es posible que se requieran transfusiones de sangre para tratar la anemia grave. Para el tratamiento con antibióticos de la verruga peruana, normalmente se recomiendan rifampicina y estreptomicina. Otro tratamiento para este trastorno es sintomático y de apoyo.
La enfermedad de Carrión se puede prevenir evitando los insectos que transmiten la bacteria a los humanos. Los repelentes de insectos, los mosquiteros y los insecticidas de acción prolongada pueden ayudar a prevenir la exposición a estos insectos.
Los antibióticos del grupo de las tetraciclinas (como la doxiciclina) se usan comúnmente para tratar la fiebre de las trincheras. La enfermedad no complicada mejora con doxiciclina y gentamicina que es otro tipo de antibiótico llamado aminoglucósido. Si no hay mejora se puede usar el cloranfenicol, recomendado cuando el uso de tetraciclina no es deseable, como en casos en que la persona tiene problemas en el hígado o deficiencia renal, o en niños menores de nueve años y en mujeres embarazadas. Los medicamentos macrólidos y la ceftriaxona también han sido eficaces.
Se recomienda una duración más prolongada del tratamiento en personas que son inmunocomprometidas y cuando estén afectados el hígado u otros órganos.
En pacientes con SIDA y angiomatosis bacilar, los antibióticos recomendados son eritromicina o doxiciclina. La doxiciclina combinada con rifampicina es eficaz en pacientes con enfermedad grave. Un tratamiento prolongado si suele ser necesario en estos casos.
Aunque la enfermedad puede ser mucho más grave para los pacientes inmunocomprometidos, en muchos casos hay una resolución completa de la enfermedad con el uso adecuado de antibióticos y el tratamiento de las complicaciones. La respuesta de los pacientes inmunocomprometidos a los antibióticos es mejor que la de los pacientes inmunocompetentes. Algunos investigadores creen que las cepas menos virulentas tienden a infectar a las personas que son inmunocomprometidos y quizás por eso responden mejor a los antibióticos.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Bartonellosis” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Bartonellosis.
Cuando se tiene una enfermedad rara o poco frecuente es muy importante encontrar a un médico que tenga experiencia en el diagnóstico y en el manejo. De forma general, se recomienda que las personas con enfermedades raras busquen ser atendidas en centros médicos universitarios o terciarios ya que es más probable que los médicos que trabajan en estos centros hayan visto casos similares o tengan interés en la investigación, además de que cuentan con equipos de múltiples especialistas que trabajan en conjunto.
NORD tiene una lista de centros de excelencia en enfermedades raras que incluye muchos de los mejores centros médicos y académicos de los Estados Unidos. Recomendamos que los pacientes compartan esta información con sus médicos para que sean referidos al centro más adecuado y conveniente. Esta lista está en expansión.
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NORD y la Fundación MedicAlert se han asociado en un nuevo programa para brindar protección a pacientes con enfermedades raras en situaciones de emergencia.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/medicalert-assistance-program/Asegurarse de que los pacientes y los cuidadores estén equipados con las herramientas que necesitan para vivir su mejor vida mientras manejan su condición rara es una parte vital de la misión de NORD.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/rare-disease-educational-support/Este programa de asistencia, primero en su tipo, está diseñado para los cuidadores de un niño o adulto diagnosticado con un trastorno raro.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/caregiver-respite/