Última actualización:
June 07, 2021
Años publicados: 1986, 1999, 2007, 2009, 2021
NORD agradece a Ariane Bergeron, candidata a MDCM, Facultad de Medicina de la Universidad McGill, y al profesor David Murdoch, decano y director del campus de la Universidad de Otago, Christchurch, Nueva Zelanda, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 24 de octubre del 2023.
La enfermedad de los legionarios es una infección pulmonar bacteriana caracterizada por una neumonía muy grave. Es causada por una bacteria llamada Legionella pneumophila, una bacteria que se encuentra en el agua y en los suelos húmedos.
La enfermedad del legionario se presenta de manera similar a otras neumonías bacterianas, como la neumonía neumocócica, con signos y síntomas como fiebre alta, tos, escalofríos, dificultad para respirar (disnea), dolor de cabeza, dolor en el pecho, dolor muscular (mialgia) o dolor en las articulaciones (artralgia).
La infección se produce por inhalación. de un aerosol que contiene bacterias generadas por gotas de agua, generalmente provenientes de un sistema de agua contaminada. No se transmite de persona a persona.
La enfermedad del legionario puede ser más grave en algunas personas, principalmente en aquellos que tienen una inmunidad baja, y puede requerir hospitalización y cuidados intensivos.
El tratamiento se hace on antibióticos como azitromicina o levofloxacino.
La enfermedad del legionario se reconoció inicialmente a principios de 1977, cuando un brote de una forma de neumonía afectó a los miembros que asistían a una Convención de la Legión Americana en un hotel de Filadelfia en 1976.
La enfermedad del legionario es una enfermedad respiratoria, lo que significa que afecta a los pulmones. Los pulmones están compuestos de lóbulos, dos lóbulos en el pulmón izquierdo y tres en el pulmón derecho. El aire viaja en los pulmones a través de los bronquios, luego los bronquiolos y luego hacia los alvéolos, que son pequeños sacos que forman tejido pulmonar. La neumonía es una inflamación de los pulmones causada por una infección, donde los alvéolos se llenan de pus y eventualmente pueden solidificarse (consolidación).
El período de incubación de la enfermedad del legionario, que es el tiempo entre la exposición al agente infeccioso y la aparición de los síntomas, es de 2 a 10 días. En pocos casos, por ejemplo en personas con baja inmunidad (inmunocomprometidos), se han registrado períodos de incubación más prolongados. Los pródromos de los síntomas, que son los primeros signos de la enfermedad, incluyen dolor de cabeza, dolor muscular (mialgia), debilidad y fatiga (astenia) y pérdida de apetito (anorexia).
Las señales y los síntomas más comunes son:
En una pequeña porción de personas afectadas puede haber mostrar manifestaciones no respiratorias como:
Los resultados de laboratorio pueden incluir (son comunes pero no específicos de la enfermedad del legionario):
Los hallazgos radiológicos en una radiografía de tórax incluyen infiltrados pulmonares, que generalmente son irregulares y afectan solo un lóbulo (unilobar) y progresan hasta la consolidación del tejido pulmonar circundante. Sin embargo, no hay características radiológicas específicas que sugieran la enfermedad del legionario y todos los tipos de infiltrados se ha informado en casos de enfermedad del legionario.
La legionelosis se refiere a una enfermedad causada por una infección con bacterias de la familia Legionella, que incluye 59 especies conocidas, de las cuales 26 causan enfermedades en humanos. Estas bacterias son cocobacilos gramnegativos. El agente más común que causa la enfermedad del legionario es Legionella pneumophila del serogrupo 1.
La bacteria Legionella se encuentra en el agua, en ambientes acuáticos, tanto naturales como artificiales. Los humanos se infectan por la inhalación de aerosoles, cuando respiran las gotitas que contienen la bacteria, más frecuentemente de duchas, bañeras de hidromasaje, saunas u otras instalaciones de baño.
Las especies de Legionella son organismos intracelulares, lo que significa que no pueden crecer por sí mismas; necesitan el apoyo de otros organismos (normalmente protozoos) para multiplicarse. Debido a que las bacterias crecen dentro de los protozoos y son parte de una biopelícula, que es un limo producido por microorganismos, las bacterias Legionella están protegidas de los procesos normales de tratamiento del agua. Así, la bacteria Legionella puede propagarse por las ciudades en el sistema de agua potable.
Después de que las bacterias Legionella crecen y se multiplican en el sistema de agua de un edificio, el agua que las contiene puede dispersarse en forma de gotitas lo suficientemente pequeñas como para que las personas las inhalen. Las personas pueden contraer la enfermedad cuando inhalan las gotitas que contienen las bacterias.
Otra forma menos común en que las personas pueden enfermarse es aspirando agua potable que contenga bacterias Legionella. Esto pasa cuando el agua entra accidentalmente a los pulmones al beber. Entre las personas con mayor riesgo de aspirarlas se encuentran las que tienen dificultades para tragar.
Se estimó que la incidencia de la enfermedad del legionario en los EE. UU. fue de 10.000 casos en 2018. Existe una variación estacional ya que la mayoría de las personas son diagnosticadas en el verano y principios del otoño.
Los estudios muestran que la mayoría de los casos fueron neumonía adquirida en la comunidad (NAC), mientras que aproximadamente una cuarta parte de los casos estaban relacionados con viajes y menos del 10% estaban relacionados con la atención médica. Sin embargo, es difícil obtener una estimación precisa de la incidencia de esta enfermedad, ya que no se diagnostica ni se informa lo suficiente y se ha demostrado que algunas personas desarrollarán sólo una enfermedad leve o no mostrarán ningún síntoma.
Esta enfermedad afecta principalmente a personas mayores de 50 años y los niños rara vez la padecen. Los estudios también muestran que los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres de desarrollar la enfermedad del legionario, con una proporción de 3:1.
Algunos factores de riesgo aumentan la chance de tener esta enfermedad en poblaciones específicas, entre ellos: tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades renales crónicas e inmunosupresión por cáncer o trasplante de órganos. Los pacientes hospitalizados pueden tener un mayor riesgo de contraer la enfermedad del legionario en determinadas situaciones, como después de un trasplante de órgano, después de recibir anestesia general debido al mayor riesgo de aspiración o al uso de fármacos inmunosupresores.
Como se mencionó anteriormente, la falta de respuesta a los antibióticos betalactámicos o la aparición de síntomas gastrointestinales y neurológicos en pacientes con neumonía deberían hacer sospechar una infección por Legionella. La enfermedad del legionario se puede diagnosticar con diferentes pruebas de laboratorio como PCR, cultivos y prueba de antígenos urinarios. La bacteria Legionella es muy difícil de detectar con la tinción de Gram, por lo que este no es el método de diagnóstico de elección en el caso de la neumonía por Legionella pneumophila.
También se pueden realizar análisis de sangre para detectar la presencia de sustancias específicas como anticuerpos en el suero, pero no son un método de diagnóstico confiable ya que los anticuerpos tardan varias semanas en aparecer en la sangre y un resultado positivo podría deberse a una infección subclínica previa por Legionella.
El mejor método de diagnóstico es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR). En una prueba de PCR se puede amplificar e identificar más fácilmente el material genético (ADN). La ventaja de la PCR es que puede detectar todas las especies y serogrupos de la familia Legionella y es una prueba rápida, pero su disponibilidad puede ser limitada. La prueba de PCR es la prueba con mayor sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de la enfermedad del legionario.
Otras pruebas de diagnóstico para la enfermedad del legionario son una combinación de cultivo de muestras respiratorias y prueba de antígeno urinario.
La becteria Legionella se puede aislar mediante cultivo de una muestra del tracto respiratorio inferior, tejido pulmonar o líquido pleural. Por lo general, se necesitan de tres a cinco días para obtener los resultados de un cultivo. Los cultivos pueden detectar especies y serogrupos de Legionella que no pueden detectarse mediante la prueba de antígeno urinario, que sólo detecta Legionella pneumophila serogrupo 1. Es importante señalar que, si bien un cultivo positivo es diagnóstico de la enfermedad del legionario, un cultivo negativo no descarta la enfermedad. enfermedad debido a la baja sensibilidad de la prueba. Los cultivos de sangre dan malos resultados y no deben realizarse.
La prueba de antígenos urinarios consiste en buscar “trozos” (antígenos) de Legionella en la orina. Los antígenos se pueden detectar y se puede informar una prueba positiva dentro de las 48 a 72 horas posteriores al inicio de los síntomas y permanecer positiva durante aproximadamente dos meses. Como se mencionó, la limitación de la prueba de antígeno urinario es que solamente detecta Legionella pneumophila serovar 1. Dado que este serogrupo representa al menos el 80% de los casos de enfermedad del legionario en EE. UU., esta sigue siendo la prueba más utilizada. Si se sospecha enfermedad del legionario después de una prueba de antígeno urinario negativa, se debe enviar una muestra respiratoria para hacer el PCR o cultivo para confirmar el diagnóstico.
Otros exámenes que se pueden hacer incluyen una radiografía de tórax ya que las personas con enfermedad del legionario tienen un tipo grave de neumonía (infección de los pulmones) que se ve en la radiografía.
Los estudios muestran que la terapia temprana puede reducir la mortalidad. La enfermedad del legionario se trata eficazmente con muchas clases de antibióticos: macrólidos, tetraciclinas, cetólidos y quinolonas.
La primera línea de tratamiento es hacerse un ciclo de azitromicina, doxiciclina o levofloxacina de forma ambulatoria, es decir, fuera del hospital.
La eritromicina ya no se utiliza como tratamiento de primera línea porque los macrólidos y las quinolonas más nuevos tienen una mejor actividad contra la bacteria Legionella.
En las personas que tienen una enfermedad más grave que requieren hospitalización, se recomienda el uso de fluoroquinolonas intravenosas.
En pacientes trasplantados se debe usar primero las quinolonas, la doxiciclina y la azitromicina para evitar interacciones con otros fármacos.
La resistencia a los medicamentos no se ha relacionado con el fracaso del tratamiento en casos de infecciones por Legionella. No hay evidencia que muestre que se deben combinar los medicamentos (terapia combinada), por lo que la monoterapia (uso de un solo antibiótico de cada vez) es la base del tratamiento.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Legionnaires Disease” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Murdoch DM, Chambers ST and Proest P. UptoDate. Clinical manifestations and diagnosis of Legionella infection. Updated: Apr 17, 2020. https://www.uptodate.com/contents/clinical-manifestations-and-diagnosis-of-legionella-infection. Accessed June 7, 2021.
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Legionnaires’ Disease.
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