Última actualización:
January 10, 2022
Años publicados: 1985, 1986, 1988, 1990, 1992, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2004, 2005, 2007, 2008, 2011, 2014, 2017, 2021
NORD agradece profundamente a Henry J. Kaminski, MD, Profesor de Neurología y Presidente del Departamento de Neurología de la Universidad George Washington, por su colaboración en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 25 de septiembre del 2024.
La miastenia grave es un trastorno neuromuscular caracterizado principalmente por debilidad muscular y fatiga. Aunque generalmente aparece en la edad adulta, los síntomas pueden manifestarse a cualquier edad. La condición puede limitarse a ciertos grupos musculares, en particular los de los ojos (miastenia ocular), o puede volverse más generalizada (miastenia grave generalizada), afectando varios grupos musculares.
La mayoría de las personas con miastenia grave desarrollan debilidad y caída de los párpados (ptosis); debilidad de los músculos oculares, lo que provoca visión doble (diplopía); y fatiga muscular excesiva tras la actividad. Otras características comunes incluyen debilidad de los músculos faciales; alteración del habla (disartria); dificultades para masticar y tragar (disfagia); y debilidad en los brazos y las piernas (debilidad de las extremidades proximales). Además, en aproximadamente el 10 % de los casos, los individuos afectados pueden desarrollar complicaciones potencialmente mortales debido a la afectación grave de los músculos utilizados para respirar (crisis miasténica).
La miastenia grave resulta de una reacción inmunitaria anormal en la que las defensas inmunitarias naturales del cuerpo (es decir, los anticuerpos) atacan de manera inapropiada y lesionan gradualmente ciertos receptores en los músculos que reciben impulsos nerviosos (respuesta autoinmune mediada por anticuerpos).
El tratamiento incluye medicamentos como los fármacos anticolinesterásicos, inmunosupresores, y un medicamento llamado Vyvgart (efgartigimod), procedimientos como la plasmaféresis e infusiones de anticuerpos, y una cirugía para la extracción del timo.
Las señales y los síntomas pueden ser variables, con afectación localizada de ciertos músculos o de varios grupos musculares. En algunas personas, el proceso de la enfermedad puede limitarse a ciertos músculos oculares, lo que se describe como «miastenia ocular». En aquellos con enfermedad más generalizada o «miastenia grave generalizada», los músculos afectados pueden incluir los de los ojos, la cara, la mandíbula, la garganta, los brazos, las piernas y los músculos involucrados en la respiración. La enfermedad a menudo comienza con debilidad en los músculos que controlan los ojos, lo que provoca caída de los párpados superiores (ptosis), visión doble (diplopía) o ambas.
En algunas personas la enfermedad solamente afecta algunos músculos (afectación localizada) pero en otras personas la enfermedad puede afectar múltiples grupos musculares. La progresión de la enfermedad puede ser muy variable, y la debilidad muscular puede variar de hora en hora, día a día o a lo largo de semanas y meses. La debilidad tiende a empeorar con el uso repetido de los músculos y mejora con el descanso.
Existen períodos de remisiones y exacerbaciones, especialmente durante los primeros años de la enfermedad. Los síntomas pueden mejorar temporalmente (remisión) o empeorar (exacerbación). Factores que pueden desencadenar un empeoramiento a corto plazo incluyen infecciones, actividad física excesiva, menstruación y parto.
Las formas de la enfermedad y las señales y síntomas que se han reportado pueden incluir:
La mayoría de las personas con miastenia grave no tienen antecedentes familiares de la enfermedad, y esta parece ocurrir de manera espontánea por razones desconocidas. Sin embargo, alrededor del 5 % de los pacientes pueden tener familiares con miastenia grave u otros trastornos autoinmunes.
Las personas con miastenia grave tienen una mayor frecuencia de ciertos antígenos leucocitarios humanos (HLA), lo que sugiere que una predisposición genética podría jugar algún papel. Los HLA son proteínas que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico del cuerpo, influyen en el éxito de los trasplantes y parecen afectar la predisposición a ciertas enfermedades. Otros trastornos autoinmunes, como los trastornos de la tiroides y el lupus eritematoso sistémico, también ocurren con mayor frecuencia en personas con miastenia grave, lo que refuerza la idea de que puede haber una predisposición genética que requiere un desencadenante ambiental para causar la enfermedad.
La miastenia grave es causada por una reacción inmunitaria anormal (respuesta autoinmune mediada por anticuerpos), en la que las defensas inmunológicas del cuerpo (anticuerpos) atacan ciertas proteínas en los músculos que reciben los impulsos nerviosos. Los puntos de contacto entre los terminales nerviosos y las fibras musculares esqueléticas se conocen como uniones neuromusculares. Los terminales nerviosos liberan una sustancia química llamada acetilcolina (neurotransmisor), que transmite impulsos a las fibras musculares, lo que da lugar a la contracción muscular. Sin embargo, en personas con miastenia grave, los anticuerpos atacan inapropiadamente los sitios receptores de acetilcolina en las células musculares, lo que provoca la disminución de los receptores disponibles. Estos anticuerpos se conocen como anticuerpos anti-receptor de acetilcolina (anti-AChR).
La respuesta autoinmune anormal provoca una disminución en el número de receptores de acetilcolina, lo que lleva a una falla en la transmisión nerviosa en ciertas uniones neuromusculares, y como consecuencia, debilidad o incapacidad de las contracciones musculares.
Algunos pacientes con miastenia grave no tienen anticuerpos anti-AChR, pero tienen anticuerpos que atacan otra proteína llamada proteína quinasa específica de músculo (MuSK). Los anticuerpos anti-MuSK también provocan una reducción en el número de receptores de acetilcolina.
Recientemente, se identificaron anticuerpos contra LRP-4 (proteína del receptor de lipoproteínas de baja densidad 4) en pacientes que no tienen anticuerpos contra MuSK o AChR. En un 5%-8% de las personas afectadas, no se puede identificar ningún anticuerpo en la sangre, pero las personas tienen otras pruebas consistentes con miastenia grave.
La causa específica de las respuestas autoinmunes anormales en personas afectadas con miastenia grave no se conoce. Sin embargo, los investigadores sugieren que el timo desempeña un papel en este proceso. Según informes médicos, hasta aproximadamente el 75% de las personas con miastenia grave tienen anomalías distintivas en el timo. En la mayoría de los casos, hay un aumento en el número de células del timo (hiperplasia).
Además, en alrededor del 10% de los casos, el timo contiene un tumor (timoma), que generalmente es benigno (no canceroso), aunque algunos timomas pueden ser malignos. Se sugiere que el timo de las personas con miastenia grave no elimina adecuadamente las células que producen anticuerpos que atacan los tejidos del cuerpo.
Como comentado antes, en el caso de la miastenia grave, se producen anticuerpos que reaccionan contra los receptores de acetilcolina, lo que desencadena una respuesta autoinmune anormal dentro del timo. El timo es un órgano del tejido linfático ubicado detrás del esternón y tiene un papel importante en el sistema inmunológico desde el desarrollo fetal temprano hasta la pubertad. El timo es crucial en la maduración de los linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco que ayuda en el reconocimiento de proteínas extrañas (antígenos) y en la destrucción de células infectadas por microorganismos. Las anomalías que conducen a la producción de anticuerpos anti-MuSK no parecen involucrar al timo y no se sabe mucho de esto.
Algunos bebés nacidos de madres con miastenia grave pueden desarrollar una debilidad muscular temporal (miastenia grave neonatal transitoria). Esta condición resulta del paso de los anticuerpos anti-receptor de acetilcolina a través de la placenta hacia el niño durante el embarazo.
La miastenia grave autoinmune tiene una prevalencia de aproximadamente 14-40 por cada 100,000 personas en los Estados Unidos. Los informes indican que la frecuencia del trastorno ha aumentado en las últimas décadas, lo que podría deberse a que ahora es posible diagnosticar a las personas afectadas más fácilmente, aunque también se ha observado un aumento en los trastornos autoinmunes en todo el mundo.
La miastenia grave autoinmune afecta con más frecuencia a mujeres que a hombres. Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad, pero el inicio de los síntomas es más común en las mujeres durante sus 20 o 30 años, mientras que en los hombres ocurre en sus 50 o 60 años.
La miastenia grave se diagnostica a través de una evaluación clínica completa, la detección de síntomas característicos y hallazgos físicos, un historial detallado del paciente y una variedad de pruebas especializadas. El diagnóstico se sospecha principalmente por la debilidad muscular característica y la fatiga, sin afectación de otras funciones neurológicas.
Los estudios de diagnóstico incluyen la inyección intravenosa de un fármaco que inhibe rápidamente la acción de una enzima responsable de descomponer la acetilcolina, permitiendo que el neurotransmisor interactúe repetidamente con los receptores disponibles de acetilcolina (prueba de edrofonio o prueba de Tensilon). En aquellos con la enfermedad, la prueba de anticolinesterasa en los grupos musculares débiles restaura temporalmente la fuerza muscular. Los medicamentos edrofonio o neostigmina se pueden usar en esta prueba.
Otro método es la prueba del paquete de hielo, que consiste en colocar un paquete frío sobre los ojos durante 10 minutos y luego determinar si la caída del párpado ha mejorado significativamente. La prueba de reposo implica que el paciente cierre los párpados durante 30 minutos y luego se evalúa si la posición del párpado o los movimientos oculares han mejorado. Sin embargo, en estas pruebas pueden ocurrir «falsos negativos», lo que significa que una persona afectada con la enfermedad no muestre mejoría tras la prueba.
Los estudios especializados de sangre también se realizan para detectar la presencia de anticuerpos contra el receptor de acetilcolina o la proteína quinasa específica de músculo (MuSK). Los anticuerpos contra el receptor de acetilcolina pueden detectarse en hasta el 90% de los individuos afectados con enfermedad generalizada y hasta en el 50% de aquellos con la forma ocular. Los anticuerpos anti-MuSK se encuentran en aproximadamente el 3%-6% de las personas afectadas, y los anticuerpos LRP-4 se encuentran aún más raramente.
Otros estudios diagnósticos pueden incluir la electromiografía (EMG), que registra la actividad eléctrica en los músculos esqueléticos. Una prueba especializada llamada examen de fibra única, que se realiza generalmente solamente en centros médicos académicos, es altamente sensible para detectar las anomalías de la miastenia grave.
Además, se pueden utilizar técnicas avanzadas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), para detectar tumores en el timo. Estos estudios ayudan a identificar tumores en el mediastino, el espacio entre los pulmones que contiene el timo y otras estructuras. Durante la TC, una computadora y rayos X se utilizan para crear imágenes transversales de las estructuras internas. Durante la RM, un campo magnético y ondas de radio generan imágenes detalladas de ciertos órganos y tejidos.
La miastenia grave es una condición crónica que afecta la fuerza muscular, pero con los tratamientos adecuados, la mayoría de las personas pueden manejar sus síntomas y llevar una vida normal. Aunque no hay cura conocida, hay varios tratamientos disponibles para reducir la debilidad muscular y mejorar la calidad de vida.
Los tratamientos comunes para la miastenia grave incluyen:
Algunos medicamentos, incluidos ciertos antibióticos y relajantes musculares, pueden empeorar los síntomas. Es importante que las personas con miastenia grave eviten o utilicen estos medicamentos con precaución. Las personas afectadas deben consultar siempre con su médico antes de comenzar un nuevo tratamiento.
El ejercicio regular y suave puede ayudar a mantener la fuerza muscular, pero es importante evitar el sobreesfuerzo. Algunas personas pueden beneficiarse de dispositivos de asistencia para la movilidad, y trabajar estrechamente con un fisioterapeuta puede asegurar que los ejercicios se realicen de manera segura.
Los investigadores están buscando constantemente nuevos tratamientos. El proyecto Myasthenia Gravis Rare Disease Network (MGNet), por ejemplo, está recopilando datos de personas con la condición para mejorar los tratamientos y, en última instancia, encontrar una cura. Los ensayos clínicos están en curso para probar nuevos medicamentos y terapias, que podrían ofrecer mejores resultados con menos efectos secundarios en el futuro.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta condición en el Clinicaltrials.gov. Use el término “Myasthenia gravis” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Note que esta información puede ser bastante técnica por lo que recomendamos que la comparta con un profesional de la salud.
En español:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Myasthenia Gravis.
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