Última actualización: 7/23/2024
Años publicados: 1990, 2000, 2008, 2012, 2016, 2020, 2024
NORD agradece a Etienne Leveille, MD, Facultad de Medicina de Yale y a Carlo Brugnara, MD, Profesor de Patología, Facultad de Medicina de Harvard; Director Médico del Laboratorio de Hematología, Departamento de Medicina de Laboratorio, Boston Children’s Hospital, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El reporte en ingles fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira el 29 de julio del 2024.
La anemia autoinmune hemolítica tipo caliente (AHAW) es un trastorno autoinmune que se caracteriza por la destrucción prematura de glóbulos rojos sanos (hemólisis).
Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el propio sistema inmunológico de una persona ataca el tejido sano. En el caso de la anemia hemolítica autoinmune tipo caliente (AHAW) y otros tipos de anemia hemolítica autoinmune, los glóbulos rojos son “marcados” por anticuerpos y luego destruidos por otros tipos de células inmunes. Los anticuerpos son proteínas que se dirigen normalmente contra sustancias dañinas extrañas.
La AHAW es el tipo más común de anemia hemolítica autoinmune. Afecta aproximadamente a 1 a 3 de cada 100.000 personas cada año y puede ocurrir a cualquier edad.
La enfermedad se denomina “caliente” porque los anticuerpos se hacen activos y causan hemólisis a temperatura corporal, lo que no es necesariamente el caso en otros tipos de anemia hemolítica autoinmune. Normalmente, los glóbulos rojos tienen una vida útil de aproximadamente 120 días antes de ser destruidos por el bazo. En las personas con AHAW, los glóbulos rojos se destruyen de forma prematura y la tasa de producción de nuevas células en la médula ósea ya no puede compensar su pérdida. La médula ósea es el tejido esponjoso que se encuentra dentro de los huesos y que contiene células madre. Las células madre pueden desarrollarse hasta ser glóbulos rojos que transportan oxígeno al cuerpo, glóbulos blancos que combaten las infecciones y plaquetas que ayudan a la coagulación de la sangre.
Una disminución en la cantidad de glóbulos rojos (anemia) puede causar fatiga, debilidad, palidez de la piel (palidez), mareos, palpitaciones y dificultad para respirar (disnea). La hemólisis produce una mayor liberación de hemoglobina, una proteína responsable de transportar oxígeno en la sangre, por parte de los glóbulos rojos. La degradación de la hemoglobina en bilirrubina puede provocar un color amarillento en la piel y el blanco de los ojos (ictericia). La hemoglobina también puede pasar a la orina y darle un color marrón oscuro.
La AHAW puede ser primaria, cuando la causa no se conoce, o secundaria a muchos factores diferentes.
El tratamiento de la ictericia autoinmune crónica es de apoyo y también puede incluir medicamentos como corticoides o rituximab. Las personas que no mejoran con el tratamiento habitual o que tienen una enfermedad más grave pueden requerir medicamentos que inhiban el sistema inmunológico (agentes inmunosupresores), transfusiones de sangre o extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía).
La anemia autoinmune hemolítica tipo caliente (AHAW) puede comenzar a cualquier edad, pero la edad promedio en que comienza es como a los 52 años.
Por lo general, los síntomas de la hemólisis aguda se desarrollan lentamente durante un período de varias semanas o meses, pero en algunas personas pueden desarrollarse d repente, en unos pocos días.
Los síntomas específicos que se presentan pueden variar de una persona a otra y dependen de la velocidad de aparición, el grado de hemólisis y la presencia de un trastorno subyacente.
Algunas personas, especialmente aquellas con una aparición gradual de anemia, pueden no presentar ningún síntoma obvio (son asintomáticas). Los síntomas de anemia incluyen:
En casos de hemólisis intensa y grave, puede haber los siguientes síntomas:
Otras señales y síntomas de la AHAW también pueden incluir:
Las tromboembolias suelen producirse en las semanas posteriores al diagnóstico y son más comunes en la hemólisis más grave y en las personas que se han hecho esplenectomía. Las personas que requieren una esplenectomía también tienen una mayor tasa de desarrollar infecciones.
Después del tratamiento, el 30% de las personas afectadas se curan, pero el resto corre el riesgo de tener nuevos episodios de hemólisis.
La mayoría de las personas (95%) con hemólisis autoinmune aguda sobreviven. Las causas de muerte en el 5% de las personas que no sobreviven son tromboembolias e infecciones, y el riesgo depende de muchos factores, en particular la causa de la hemólisis autoinmune aguda y la salud general de la persona afectada.
La anemia autoinmune hemolítica tipo caliente (AHAW) es causada por un proceso autoinmune.
La hemólisis autoinmune aguda ocurre cuando los anticuerpos producidos por el sistema inmunológico se unen a los glóbulos rojos y los ”marcan” para ser atacados.
La mayoría de los glóbulos rojos “marcados” son transportados nuevamente al bazo, donde son destruidos por diferentes tipos de células inmunes. Los anticuerpos son proteínas especializadas que generalmente se unen a los organismos invasores y conducen a su destrucción.
Existen cinco clases principales de anticuerpos: IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. La mayoría de los casos de AHAI se deben a anticuerpos IgG. Con menor frecuencia, los anticuerpos IgM o IgA causan el trastorno. Cuando los anticuerpos atacan el tejido sano, pueden denominarse autoanticuerpos. En el caso de la AHAW, estos autoanticuerpos están activos y pueden desencadenar hemólisis cuando están a temperatura corporal.
De acuerdo con la causa, hay dos tipos de AHAW:
Las AHAW secundaria puede ser causada por muchos factores, principalmente por medicamentos, enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide, deficiencia del sistema inmunológico (inmunodeficiencia), leucemias y linfomas, infecciones y embarazo.
Es importante identificar la causa de la AHAW secundaria, ya que podría influir en el tratamiento y el manejo de la afección subyacente.
Según la literatura médica, la anemia hemolítica autoinmune (AIHA) afecta a entre 0,8 y 3 personas por cada 100.000 cada año en la población general. Un análisis de múltiples bases de datos en los EE. UU. estimó que la prevalencia puntual de AIHA oscilaba entre 6 y 21 por 100.000.
Según Orphanet, la base de datos europea de enfermedades raras, los autoanticuerpos calientes son responsables por el 60%-70% de los casos de anemia hemolítica autoinmune, cuya incidencia anual se estima entre 1/35.000-1/80.000 en América del Norte y Europa occidental.
También se ha informado que un total de aproximadamente 1 de cada 8.000 personas viven con AHAW.
Las personas de cualquier edad, incluidos los niños, pueden desarrollar AHAW, pero es más común entre los adultos, con una incidencia máxima entre los 50 y los 70 años. La edad media de aparición es de 52 años. Parece ser más un poco más común en mujeres que en hombres. La AHAW secundaria es más común en personas con afecciones predisponentes, como aquellas con linfomas y leucemias o aquellas con una enfermedad que afecta el sistema inmunológico”.
Los médicos pueden sospechar que una persona tiene anemia autoinmune hemolítica tipo caliente (AHAW) basándose en un examen físico y en una historia clínica detallada del paciente, la identificación de los síntomas característicos y una variedad de pruebas como análisis de sangre que miden los valores de hemoglobina y el porcentaje del volumen sanguíneo total ocupado por glóbulos rojos (hematocrito). Los análisis de sangre también pueden mostrar un valor elevado de glóbulos rojos inmaduros (reticulocitos), que se produce cuando el cuerpo se ve obligado a producir glóbulos rojos adicionales para compensar los que se destruyen prematuramente.
Algunas personas con anemia hemolítica tienen valores elevados de bilirrubina en la sangre (hiperbilirrubinemia). También puede haber valores elevados de lactato deshidrogenasa (LDH) en la sangre, ya que se libera de los glóbulos rojos destruidos.
La haptoglobina es un depurador de hemoglobina que se consume cuando se libera mucha hemoglobina en la sangre debido a la hemólisis. Por lo tanto, los valores de haptoglobina son bajos o ausentes en la anemia hemolítica. Cuando se sospecha que la anemia hemolítica es de origen autoinmunitario, se pueden realizar pruebas especializadas como la prueba de Coombs.
Esta prueba se utiliza para detectar anticuerpos que actúan contra los glóbulos rojos. Se toma una muestra de sangre y luego se expone al reactivo de Coombs. Se considera un resultado positivo cuando los glóbulos rojos se agrupan en presencia del reactivo. Los autoanticuerpos observados en la AHAW son notables por ser del subtipo IgG en la mayoría de los casos y por ser activos a temperatura corporal. Según el caso, se pueden realizar más pruebas para intentar identificar una causa de AHAW secundaria.
En resumen, la siguiente secuencia permite el diagnóstico de AHAW:
1) Detección de anemia con recuentos elevados de reticulocitos
2) Determinación de que la anemia es causada por hemólisis, en base a niveles elevados de bilirrubina y LDH y niveles bajos de haptoglobina
3) Determinación de que la causa de la anemia hemolítica es autoinmune con una prueba de Coombs
4) Posible investigación de una causa secundaria.
El tratamiento es principalmente sintomático y de apoyo. Se utilizan corticoides como la prednisona, comenzando con una dosis alta que se reduce gradualmente durante las siguientes semanas o meses.
El rituximab un anticuerpo monoclonal, puede usarse junto con corticosteroides o como alternativa si no hay respuesta. A veces se combina con micofenolato de mofetilo (MMF), un medicamento inmunosupresor. Otros medicamentos incluyen azatioprina y ciclofosfamida. El rituximab es un anticuerpo creado artificialmente (anticuerpo monoclonal) que trabaja atacando las células inmunitarias llamadas células B. Las células B fabrican anticuerpos, que destruyen ciertos glóbulos blancos (llamados leucocitos) que tienen la función de destruir los glóbulos rojos en la anemia hemolítica autoinmune. Al dañar las células B, se destruirán menos leucocitos y, por tanto, menos células rojas.
La inmunoglobulina intravenosa (IVIG) también es una opción, generalmente en combinación con otros tratamientos. La esplenectomía, la extirpación quirúrgica del bazo, se considera para casos graves o resistentes. La esplenectomía también se utiliza en casos graves que requieren prednisona continua para su control, ya que este medicamento se asocia a numerosos efectos secundarios si se utiliza durante un período prolongado.
Es posible que sean necesarias transfusiones de glóbulos rojos para mantener los valores adecuados de glóbulos rojos en personas con casos graves. Esta técnica de apoyo proporciona un alivio temporal, pero no trata la causa subyacente del trastorno.
En los casos de AHAW secundaria, el tratamiento del trastorno suele producir una marcada mejoría de la anemia
La mayoría de las personas afectadas mejoran con los medicamentos mencionados antes, o con la esplenectomía. Actualmente, se investigan nuevos tratamientos como fostamatinib, alemtuzumab, bortezomib, daratumumab, eculizumab, ibrutinib e inhibidores del complemento, dirigidos a diferentes partes del sistema inmunológico para tratar casos refractarios.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Warm Autoimmune Hemolytic Anemia” o “Autoimmune Hemolytic Anemia“ para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Warm Autoimmune Hemolytic Anemia.
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