Última actualización:
4/12/2024
Años publicados: 2004, 2014, 2020, 2024
NORD agradece a Jason K. Sicklick, MD, FACS, Profesor Asociado de Cirugía, División de Oncología Quirúrgica, Moores Cancer Center, UC San Diego Health Sciences, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 29 de abril del 2024.
Los tumores del estroma gastrointestinal (GIST) pertenecen a un grupo de cánceres conocidos como sarcomas. Estos tumores surgen de las células nerviosas de la pared del tracto gastrointestinal (GI) y pueden aparecer en cualquier lugar, desde el esófago hasta el recto. Sin embargo, la mayoría surge en el estómago (55%) y el intestino delgado (29%), mientras que el colon/recto (3%) y el esófago (0,5%) son sitios menos comunes de la enfermedad. También ha habido informes raros de tumores que surgen en el apéndice, el páncreas, la vesícula biliar y el revestimiento de la cavidad abdominal.
Estos tumores se presentan con mayor frecuencia con síntomas no específicos, que incluyen sensación de saciedad antes de lo normal después de comer (saciedad temprana) y dolor abdominal, pero también pueden presentarse con sangrado o signos de obstrucción intestinal. Se propagan con mayor frecuencia a sitios dentro de la cavidad abdominal y al hígado, aunque ciertos subtipos se propagan a los ganglios linfáticos y, en casos muy raros, a los pulmones y los huesos.
Aunque anteriormente se creía que algunos casos de GIST son benignos (no se propagan), ahora se entiende que todos los GIST, pueden metastatizarse. La prevalencia varía según los grupos raciales y étnicos. El número de casos nuevos en los Estados Unidos cada año se ha estimado entre 5.000 y 6.000.
La mayoría de los GIST son el resultado de un cambio (variante patogénica o mutación) no hereditario en uno de dos genes, el gen KIT o el gen PDGFRA, que resulta en una división inapropiada y continua de las células tumorales. Sin embargo, aproximadamente entre el 10% y el 15% de los casos de GIST en adultos y el 85% de los casos en niños no tienen variantes en los genes KIT o PDGFRA. Los avances en la investigación han revelado que estos tumores tienen variantes en hasta otros 20 genes, y definir las variantes específicas en personas individuales puede ayudar a guiar futuras investigaciones y tratamientos.
La mayoría de las variantes que causan GIST surgen de forma aleatoria y no se heredan. Sin embargo, hay casos raros en los que se hereda una variante genética, por ejemplo, en el GIST con deficiencia de succinato deshidrogenasa (SDH) asociado con el síndrome de Carney-Stratakis (CSS; también conocido como síndrome de GIST-paraganglioma). Aunque la mayoría de los GIST surgen en adultos mayores, estos casos más raros de GIST hereditario a menudo se presentan en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
El GIST se diagnostica con mayor frecuencia mediante el análisis del tejido de una biopsia tomada durante una endoscopia o a través de la piel. La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) también se utilizan para diagnosticar GIST y determinar la ubicación y extensión del tumor. Los exámenes genéticos que se hacen en las células del tumor, como la identificación de variantes genéticas específicas o la presencia de marcadores en la superficie del tumor, proporciona más información para el diagnóstico y puede ayudar a guiar el tratamiento.
La cirugía para retirar (extirpar) el tumor es el tratamiento más indicado en el GIST que no se ha diseminado, y una operación en que se retira el tumor puede curar a la persona.
En los casos en que el tumor se ha diseminado, la quimioterapia oral (es decir, medicamentos como pastillas) suele estar indicada junto con la cirugía. Los fármacos utilizados con más frecuencia son los inhibidores de la tirosina quinasa (por ejemplo, Gleevec), que se dirigen a las variantes comúnmente observadas en los genes KIT y PDFGRA.
Las personas responden de manera diferente a la variedad de inhibidores de tirosina quinasa disponibles, por lo que puede ser útil realizar pruebas para detectar variantes específicas en el tumor al seleccionar un tratamiento. También se están realizando ensayos clínicos dirigidos a subtipos de GIST con variantes genéticas raras. La radioterapia no se hace en GIST.
Los GIST pertenecen al grupo de cánceres llamados sarcomas, que son tumores malignos que surgen de diversos tejidos, incluidos los adiposos, los músculos, los nervios, los cartílagos, los huesos, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos. Esto distingue los sarcomas de los carcinomas, que surgen del revestimiento de órganos/tejidos (por ejemplo, canceres del pulmón, colon, mama, próstata y páncreas), los linfomas, que surgen de las células inmunitarias de los ganglios linfáticos y las leucemias, que surgen de las células inmunitarias del hueso. médula.
Los GIST son los sarcomas más comunes. Estos tumores surgen de las células intersticiales de Cajal (ICC), células marcapasos en la pared del intestino que regulan las contracciones musculares que ayudan a impulsar los alimentos a través del sistema digestivo (peristalsis) y, recientemente se han sugerido que los GIST pueden surgir tambien de células llamadas telocitos.
Los tumores del estroma gastrointestinal (GIST) pueden presentarse con muchos síntomas subjetivos, como náuseas, saciedad temprana, hinchazón y pérdida de peso. Las personas afectadas también pueden tener señales y síntomas objetivos de un tumor, como anemia (recuento bajo de glóbulos rojos) o un bulto en el abdomen. Las señales y los síntomas dependen de la ubicación del tumor (por ejemplo, estómago o recto), del tamaño y del patrón de crecimiento.
Los GIST se originan en el estómago (como en el 55% de los casos), en el intestino delgado (~29%), el colon y el recto (~3%) y el esófago (~0,5%) y, en raras ocasiones, en un órgano extraintestinal (E-GIST), que ocurren fuera del intestino, a lo largo del revestimiento del abdomen o dentro de la grasa abdominal.
Los síntomas pueden incluir:
El sitio primario del tumor puede afectar el pronóstico, ya que el GIST del intestino delgado parece tener una menor tasa de supervivencia que el que se origina en el estómago. Además, parece que los GIST que se localizan en el intestino tienen un alto riesgo de propagación (metástasis).
Aproximadamente entre el 75% y el 90 % de los GIST se limitan a un sitio en el momento del diagnóstico. El GIST se propaga con mayor frecuencia a sitios dentro de la cavidad abdominal y al hígado, aunque hay casos raros que se han diseminado a los pulmones y los huesos. El GIST rara vez se disemina a los ganglios linfáticos, las estructuras forma de frijol que forman parte del sistema inmunitario de la persona.
Aunque anteriormente se pensaba que algunos casos de GIST eran benignos, ahora se sabe que todos los GIST tienen el potencial de propagarse. Este riesgo depende de la ubicación y del tamaño del tumor, así como de la cantidad de células que se están dividiendo (es decir, el índice mitótico), que es determinado por un patólogo usando un microscopio. El índice mitótico se refiere al número de mitosis (divisiones celulares) halladas en un determinado número de células siendo que cuanto mayor el índice mitótico mayor es la chance que el tumor se propague.
GIST en niños y adolescentes
El GIST es muy raro en niños y adolescentes, y los síntomas en estos grupos de edad son diferentes a los de la mayoría de los adultos. Estos casos en niños y adolescentes generalmente se presentan en el estómago, y afectan los ganglios linfáticos y es más probable que se propaguen al hígado y al revestimiento del abdomen. Por lo general, no están asociados con las variantes del gen KIT o PDGFRA que se encuentran en la mayoría de los adultos, sino que en el 80% de los casos tienen una variante en el gen del complejo enzimático succinato deshidrogenasa (SDH). Las personas con estos tumores con variantes del gen SDH suelen tener una enfermedad llamada síndrome de Carney-Stratakis (CSS) en que hay un tumor llamado paraganglioma secretor de hormonas.
Por lo tanto, las personas deben ser examinados para detectar paragangliomas en el cuello y el tórax, y también evaluar la presencia de metabolitos hormonales específicos en la orina (catecolaminas y metanefrinas).
Anteriormente los GIST se clasificaban de acuerdo con la edad, en GIST que afectaban a adultos y niños, y los casos en niños se distinguían como GIST «de tipo pediátrico» o GIST «de tipo salvaje». Sin embargo, algunos casos de GIST en adultos tienen las mismas característicasque se encuentran en la mayoría de los casos pediátricos, lo que hace que la separación de estos casos según la edad sea no sea apropiada. Actualmente, la clasificación de los subtipos depende de las características específicas del tumor.
No se sabe que ninguna exposición ambiental o infección predisponga a las personas a padecer de tumores del estroma gastrointestinal (GIST). también se ha visto que las variantes genéticas (mutaciones) que se han identificado en las personas afectadas suelen ocurrir de forma aleatoria (esporádicamente) en lugar de heredarse.
La investigación actual sugiere que las variantes genéticas que causan enfermedades pueden aumentar la chance de que las células se vuelven cancerosas. Específicamente, las neoplasias malignas se desarrollan con mayor frecuencia debido a variantes en genes conocidos como «oncogenes» o «genes supresores de tumores». Los oncogenes promueven la división celular, mientras que los genes supresores de tumores bloquean la división celular y garantizan que las células mueran en el momento adecuado.
En el caso de los GIST, la mayoría de los tumores tienen variantes en el oncogén KIT y una minoría tiene variantes en el oncogén PDGFRA. Ambos genes codifican proteínas llamadas tirosina quinasas, un hallazgo que ha sido muy importante para comprender y tratar mejor la enfermedad. La mayoría de estas variantes que causan cáncer se adquieren durante la vida, en lugar de heredarse, y se encuentran únicamente en las células cancerosas.
Asimismo, se ha visto que hay sitios comunes para variantes de cada uno. Para el gen KIT, el sitio variante más común está en el exón 11, pero también puede involucrar a los exones 9, 13/14 y 17/18. Las variantes del gen PDGFRA involucran el exón 12 o 18. El término exón se refiere a las regiones de un gen que contienen las instrucciones (el código genético) para producir una proteína y se utilizan para delimitar diferentes regiones de un gen.
En casos muy raros, se han descrito algunas familias con variantes hereditarias del gen KIT. En estas familias se ha visto que GIST aparece temprano en la adolescencia o la edad adulta temprana. Algunas de las personas afectadas en estas familias presentan alteración de la pigmentación de la piel o dificultad para tragar (disfagia). Además, se ha descrito al menos una familia con una variante hereditaria del gen PDGFRA. Los casos hereditarios son raros y se conocen como GIST familiar.
También hay casos de GIST que no tienen variantes de los genes KIT o PDGFRA. La mayoría de estos casos se han relacionado con variantes en los genes que codifican el complejo enzimático succinato deshidrogenasa (SDH) (es decir, SDHA, SDHB, SDHC o SDHD). Estas variantes provocan la pérdida del complejo SDH. Estos GIST con deficiencia de SDH son distintos porque generalmente afectan a personas más jóvenes y se asocian con dos síndromes conocidos como síndrome de Carney-Stratakis (CSS) y tríada de Carney en que hay tumores adicionales.
CSS es una condición hereditaria asociada con variantes en el gen SDH. La tríada de Carney, por otro lado, es una condición no hereditaria en la que el código del ADN no es afectado, pero la estructura del ADN del gen SDHC se modifica mediante un proceso llamado metilación (también conocido como variación epigenética).
Debido a que los GIST con deficiencia de SDH no son causados por variantes KIT o PDGFRA, generalmente no mejoran con los medicamentos inhibidores de la tirosina quinasa.
En otras personas con GIST también se han identificado variantes genéticas genes adicionales, incluidos los genes BRAF, KRAS y NF1 de la vía RAS/MAPK. Si bien que los genes BRAF y KRAS no están asociados con GIST hereditario, las variantes hereditarias en el gen NF1 causan un trastorno llamado neurofibromatosis tipo 1, que se asocia con un mayor riesgo de GIST.
Estos casos suelen presentarse como múltiples tumores en el intestino delgado. También está surgiendo evidencia de que, incluso en ausencia de variantes hereditarias de NF-1, variantes específicas del gen BRAF y NF1 ocurren con frecuencia en los GIST del intestino delgado proximal (conocido como ángulo duodenal-yeyunal o ligamento de Treitz). Estos hallazgos son importantes porque estas variantes no responden a los tratamientos con los medicamentos estándar que se usan en las personas con GIST.
Algunos casos de GIST se denominaban anteriormente GIST “cuádruple de tipo salvaje”, ya que carecían de variantes en los genes KIT, PDGFRA, RAS (KRAS, NF1, BRAF) y SDH. Debido a que esta designación se basó en la ausencia de variantes genéticas identificables, se creía que genes adicionales eran responsables de estos casos «no clasificados.
En los últimos años, los estudios han identificado varias anomalías genéticas nuevas asociadas con el GIST. Estos incluyen fusiones de genes, en las que se forma un híbrido a partir de dos genes. Se han identificado varias fusiones asociadas a GIST que incluyen el gen FGFR1, la fusión entre los genes ETV6 y NTRK3 y el gen BRAF.
Es importante que se sepa que las personas que tienen estos subtipos de GIST responden de manera diferente a los tratamientos disponibles. Por lo tanto, comprender la biología específica, es decir, conocer las diferentes variantes genéticas de los tumores individuales, es muy importante para que se decida el mejor tratamiento.
Se desconocen la incidencia y prevalencia exactas de los tumores del estroma gastrointestinal (GIST). pero las estimaciones oscilan entre 3,2 y 19 personas por millón en la población general.
Los GIST son los sarcomas más comunes del tracto gastrointestinal, aunque representan sólo una pequeña fracción de todos los cánceres gastrointestinales.
Por lo general, el GIST afecta a las personas entre 50 y 70 años de vida y algunos estudios sugieren que los hombres son afectados con más frecuencia que las mujeres. También se ha encontrado que los niños presentan GIST, pero estos casos son muy raros y generalmente ocurren como GIST con deficiencia de SDH que tienen CSS (hombres o mujeres) o tríada de Carney (solamente en mujeres).
La enfermedad en los niños puede tener una evolución más lenta, pero no siempre es así; en casos raros, la enfermedad puede ser más agresiva.
A medida que ha surgido una mejor comprensión de la biología de los GIST, se han revelado vínculos potenciales entre la incidencia de los GIST y los grupos étnicos. En Estados Unidos, la tasa más alta se da entre la población negra, seguida por los asiáticos/isleños del Pacífico, los blancos y los hispanos.
El diagnóstico de los tumores del estroma gastrointestinal (GIST) se puede confirmar mediante biopsia durante la endoscopia o mediante biopsia percutánea (a través de la piel). El uso de ultrasonido endoscópico para lesiones en el estómago puede ser útil, ya que estos tumores pueden estar debajo de la superficie del estómago y, por lo tanto, no verse mediante endoscopia estándar. Si los tumores miden más de 2 cm, una biopsia que sugiera una lesión benigna debe interpretarse con precaución.
La endoscopia es una técnica que usa un tubo visor (endoscopio) para ver estructuras en el interior del cuerpo. La biopsia percutánea es la inserción de una aguja especial a través de la piel para extraer células de una zona sospechosa.
La mayoría de las personas afectadas deben hacerse exámenes de imagen como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (IRM) para determinar la extensión del tumor involucrado. Es muy importante obtener imágenes del abdomen y la pelvis, ya que los sitios de diseminación más comunes son la cavidad abdominal y el hígado. La exploración por tomografía con emisión de positrones (PET/CT) puede ser útil como prueba adicional en los casos en los que existe incertidumbre diagnóstica; sin embargo, no se realiza de forma rutinaria.
Las características moleculares de un tumor también pueden ayudar a identificarlo como GIST. Como se indicó anteriormente, en la mayoría de los casos de GIST están presentes variantes en los genes KIT, PDGFRA o SDH y su identificación ayuda a confirmar el diagnóstico.
Como comentado antes, también se ha descubierto un número cada vez mayor de variantes más raras, lo que significa que el diagnóstico de GIST basado en genes es cada vez más sensible y usado.
Además, los marcadores tumorales (antígenos) en la superficie de las células cancerosas pueden ayudar a clasificarlas como GIST. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que la mayoría de las células GIST tienen el marcador CD117 en su superficie. E CD117 es el producto proteico del gen KIT, que comúnmente está mutado en GIST. Un marcador diferente, DOG1 (llamado así porque fue descubierto en GIST), también está presente en la gran mayoría de los GIST, pero no siempre se superpone con CD117. Como resultado, un tumor que es positivo tanto para CD117 como para DOG1 tiene más del 97% de probabilidad de ser GIST.
Los tumores que están confinados a un sitio sin evidencia de diseminación (es decir, localizados) se tratan mediante una cirugía que los extirpa. No se sabe si +la radioterapia antes o después de la cirugía ayuda. La cirugía ofrece la mejor posibilidad de curación si un tumor localizado se extirpa por completo sin romperlo (es decir, sin romper el tumor en pedazos y derramar células tumorales).
Sin embargo, no todas las personas son diagnosticadas en una etapa temprana; Entre el 10% y el 25% de las personas presentan enfermedad metastásica cuando son diagnosticadas. Las personas con tumores que se han diseminado son más agresivos o localmente avanzados pueden beneficiarse de la quimioterapia en combinación con la cirugía.
Las generaciones anteriores de quimioterapias intravenosas no son efectivas para este tipo de tumor, y menos del 5% de las personas afectadas mejoran. Sin embargo, en 2002, la FDA concedió la aprobación acelerada a un medicamentol inhibidor de la tirosina quinasa Gleevec (imatinib), que inhibe las proteínas codificadas por los oncogenes KIT y PDGRFA, para el tratamiento del GIST avanzado o metastásico. Es muy eficaz para controlar la enfermedad que se ha propagado y en la mayoría de los casos los tumores disminuirán de tamaño o se estabilizarán durante muchos meses. También es eficaz en personas que tienen tumores recurrentes.
Aunque Gleevec es eficaz para controlar el GIST, las personas que tienen una enfermedad que se ha diseminado desde el sitio inicial (enfermedad metastásica) rara vez tienen la desaparición completa de todos los tumores. Además, algunas personas eventualmente desarrollan resistencia a Gleevec (n 50% de los casos la resistencia ocurre después de 20 meses de tratamiento). La resistencia al tratamiento quiere decir que la enfermedad no mejora con el medicamento. La cirugía se puede combinar con Gleevec para controlar la enfermedad metastásica.
En 2008 se recibió una aprobación acelerada posterior para Gleevec para uso adyuvante (postoperatorio) en las personas afectadas con GIST que se someten a una resección (extirpación quirúrgica) potencialmente curativa de los GIST, pero que tienen un mayor riesgo de recurrencia. Este programa de aprobación acelerada proporcionó a los pacientes un acceso más temprano a Gleevec mientras se realizaban los ensayos clínicos de confirmación. También se concedió la aprobación regular para la indicación de GIST metastásico.
El Gleevec recibió la aprobación regular de la FDA en 2012 como tratamiento para su uso en pacientes adultos después de la extirpación quirúrgica de GIST con CD117 positivo. Hay un aumento en la supervivencia general del paciente cuando el medicamento se toma durante 36 meses en lugar de los 12 meses de tratamiento estándar. Se están realizando estudios para evaluar el uso de imatinib durante períodos de tiempo más prolongados. Han surgido preocupaciones sobre el costo del tratamiento a largo plazo con imatinib, pero las recientes versiones genéricas de estos medicamentosha reducido estos costos.
En 2006, la FDA aprobó otro inhibidor de la tirosina quinasa, el sunitinib (Sutent), para el tratamiento del GIST en personas en las que la enfermedad había progresado, a pesar del tratamiento con Gleevec, o en pacientes que no pueden tomar Gleevec.
En 2013, la FDA aprobó un tercer tipo de inhibidor de la tirosina quinasa conocido como regorafenib (Stivarga) para el tratamiento de GIST, específicamente para personas con GIST avanzado que no pueden tratarse con cirugia y que ya no responden a otros tratamientos aprobados por la FDA ( es decir, Gleevec y Sutent). Stivarga inhibe la actividad de numerosas tirosina quinasas que promueven el crecimiento del cáncer.
En 2018, la FDA aprobó el larotrectinib, también un inhibidor de la tirosina quinasa, para el tratamiento de cualquier tumor que tenga una fusión del gen NTRK3 (no solamente en los GIST). Este fue sólo el segundo fármaco aprobado para el tratamiento de cánceres con una variante específica, independiente del tipo de tejido, lo que muestra la importancia de categorizar los GIST según su biología (variante genética) específica.
En 2020, la FDA aprobó un medicamento conocido como avapritinib (Avyaki) para el tratamiento del GIST metastásico irresecable (que no se puede extirpar con una cirugia) con variantes en el gen PDGFRA que no mejoram con el imatinib, sunitinib o regorafenib. El ensayo clínico mostró una notable tasa de respuesta del 84% en estos casos, lo que indica que apuntar a variantes específicas de pacientes podría ser clave para desarrollar nuevas terapias.
En 2020, el medicamento llamado ripretinib (Qinlock) fue aprobado por la FDA como el primer fármaco nuevo que se utilizará específicamente como tratamiento de cuarta línea para los GIST avanzados. Es un inhibidor de las quinasas codificadas por los genes KIT y PDGFRA.
Otros tratamientos alternativos a la cirugía y la quimioterapia incluyen la radioembolización suave. La radioembolización es un procedimiento mínimamente invasivo que combina la embolización y la radioterapia para tratar cánceres que se encuentran en el hígado. Pequeñas microesferas llenas de un radiosótopo radioactivo son colocadas en el interior de los vasos sanguíneos que irrigan al tumor. Este procedimiento bloquea el suministro de sangre a las células cancerosas y administra una alta dosis de radiación al tumor sin afectar al tejido normal. La radio o la quimioembolización son formas de disminuir el suministro de sangre a los sitios del tumor dentro del hígado y pueden controlar la enfermedad durante algún tiempo.
Otro método, llamado ablación por microondas, utiliza microondas localizadas para quemar tumores en el hígado.
Se han estudiado inhibidores de tirosina quinasa adicionales para personas con GIST, incluidos sorafenib, dasatinib, motesanib, nilotinib, masitinib y crenolanib. Estos fármacos se diferencian en su capacidad para inhibir una o más tirosina quinasas. Un inhibidor conocido como dabrafenib, que actúa contra la serina/treonina quinasa B-raf (distinta de las tirosinas quinasas), ha demostrado una actividad antitumoral prolongada en un individuo con GIST asociado con una variante del gen BRAF. Se necesita más investigación para determinar la seguridad y eficacia a largo plazo de estos medicamentos y si tienen alguna función en el tratamiento de personas con GIST.
Actualmente se está investigando también un nuevo modo de tratamiento llamado inmunoterapia para casos de GIST que son resistentes o responden mal a los inhibidores de la tirosina quinasa. La inmunoterapia se basa en el principio de que el sistema inmunológico del cuerpo puede identificar y destruir las células cancerosas, pero los cánceres normalmente inhiben este proceso. Por lo tanto, los tratamientos que eliminan esta inhibición pueden activar el sistema inmunológico para destruir las células cancerosas. Si bien las inmunoterapias que se han mostrado prometedoras en muchos otros cánceres, nivolumab solo, nivolumab con ipilimumab o dasatinib con ipilimumab, han mostrado poca eficacia contra los GIST refractarios (que no mejoran con el tratamiento).
Los GIST que no están asociados con variantes en los genes KIT o PDGFRA a menudo no responden eficazmente al tratamiento con inhibidores de la tirosina quinasa como Gleevec o Sutent. Recientemente, el Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) evaluó el medicamento guadecitabina para el tratamiento del GIST con deficiencia de SDH (es decir, CSS o tríada de Carney), pero el fármaco no fue eficaz.
Los investigadores ahora están estudiando otras vías de tratamiento para encontrar tratamientos efectivos para estos tipos de GIST. Uno de esos tratamientos es el fármaco temolozomida (Temodar), que actualmente se encuentra en ensayos clínicos de fase II para pacientes con GIST con deficiencia de SDH. Este medicamento ya está aprobado por la FDA para los cánceres de glioblastoma y astrocitoma anaplásico.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre el carcinoma quístico adenoide en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “gastrointestinal stromal tumors” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Gastrointestinal Stromal Tumors.
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