Última actualización:
March 25, 2021
Años publicados: 2006, 2014, 2017, 2021
NORD agradece a Kristina Bundra, Pharm. D, pasante editorial de NORD y Geert Mortier, MD, PhD, presidente del Departamento de Genética Médica del Hospital Universitario de Amberes y profesor de Genética Médica de la Universidad de Amberes, Bélgica, por su ayuda en la preparación de este informe en inglés. El informe en inglés fue traducido al español y modificado por Gioconda Alyea, médica genetista brasileira, el 4 de enero del 2024.
La melorreostosis es una enfermedad rara y progresiva caracterizada por engrosamiento o ensanchamiento (hiperostosis) de las capas externas del hueso (hueso cortical). La melorreostosis afecta el crecimiento y desarrollo tanto de los huesos como de los tejidos blandos.
La melorreostosis es un trastorno es benigno (no canceroso), pero a menudo produce una limitación funcional grave, dolor crónico, contracturas articulares y/o rigidez de músculos, tendones o ligamentos y deformidades de extremidades, manos o pies.
La melorreostosis puede ser un trastorno aislado o puede hacer parte de varios síndromes genéticos.
Los tratamientos están dirigidos a reducir los síntomas.
La melorreostosis suele afectar a un segmento único del esqueleto apendicular (brazos y piernas). Por lo general, se limita a un lado del cuerpo (raramente bilateral) y dentro de una extremidad restringida al lado medial (del lado de dentro) o lateral (del lado de fuera) de los huesos. La enfermedad también puede afectar el esqueleto axial: pelvis, esternón, costillas y, más raramente, la columna y el cráneo. Los síntomas pueden empeorar progresivamente con el tiempo. Las señales y los síntomas de la melorreostosis pueden incluir:
En los niños es común que el síntoma más evidente sean las extremidades con longitud desigual, deformadas o con contracturas articulares, en los niños
En los adultos, los síntomas de dolor, rigidez de las articulaciones y deformidad progresiva son más evidentes.
La melorreostosis tiene una evolución crónica y los síntomas suelen estar ausentes en las primeras etapas. La gravedad de la aparición y los síntomas y varía mucho en niños y adultos, pero en general los síntomas comienzan en los niños pequeños, y puede incluso manifestarse en los primeros días de vida. El 50% de las personas afectadas con melorreostosis desarrollarán síntomas a los 20 años.
Se han reportado síntomas que se relacionan con la evolución local de la lesión y el efecto masa que produce sobre los tejidos blandos, como dolor local, contracturas musculares y rigidez articular.
Las complicaciones están relacionadas con la extensión de la lesión a tejidos blandos adyacentes que pueden provocar fenómenos de compresión y complicaciones relacionadas con la deformidad ósea y el daño a la estructura ósea. El riesgo de transformación maligna (que se convierta en tumor canceroso o maligno) secundaria también se ha informado en otros casos.
La melorreostosis suele ser un trastorno aislado. Sin embargo, también se ha observado en algunas familias con osteopoiquilosis o síndrome de Buschke-Ollendorff debido a un cambio (mutación o variante patogénica) en el gen LEMD3.
Debido a que la melorreostosis aparece de forma esporádica sin informes de transmisión de padres a hijos y a que hay una distribución localizada de lesiones óseas se ha pensado que esta enfermedad puede ser debida a una mutación somática.
De hecho, se han identificado mutaciones somáticas en el gen MAP2K1 y el gen SMAD3. También hay indicios de que mutaciones somáticas en otros genes aún desconocidos pueden ser responsables del trastorno.
Las mutaciones somáticas son cambios en el ADN que ocurren después de la concepción, por lo que no están presentes en los óvulos ni en los espermatozoides y no se transmiten de padres a hijos.
La incidencia estimada de melorreostosis es de 1 en 1.000.000. Se han notificado aproximadamente 400 casos. Los hombres y mujeres son afectados en números iguales.
Las imágenes de rayos X son la manera preferida para hacer el diagnóstico de la melorreostosis.
En las radiografías simples, la melorreostosis se presenta como lesiones lineales de densidad ósea aumentada a lo largo del eje principal (cuerpo o diáfisis) de los huesos tubulares. Las lesiones resultan en un grosor incrementado de la corteza del hueso (la parte que recubre el hueso) y se puede expandir a la superficie externa de los huesos, dando la apariencia de cera goteando a lo largo de una vela. Cuando hay una afectación poliostótica, las lesiones lineales son típicamente continuas a lo largo del mismo lado de la extremidad afectada y ”saltan” por encima de las articulaciones. Es posible observar calcificación del tejido blando e incluso osificación ectópica (fuera del lugar normal).
La tomografía computarizada es una herramienta valiosa para diagnosticar correctamente la afectación de los huesos y de las articulaciones, Las imágenes de tomografia computadorizada (TC) son similares a las imágenes radiográficas.
Las imágenes de la resonancia magnética contribuyen a la evaluación de las lesiones de los tejidos blandos. La resonancia magnética nuclear no es una investigación de rutina utilizada en el diagnóstico de melorreostosis, pero puede revelar invasión de la médula ósea.
El examen óseo con isótopos radiactivos o las gammagrafías óseas puede ayudar a distinguir la melorreostosis de otras lesiones óseas. Esta prueba detecta diferencias en el metabolismo óseo que un marcador radioactivo hace resaltar en el organismo.
La biopsia muestra grados variables de fibrosis de la médula ósea (la parte de adentro de los huesos del cuerpo, donde se fabrican células de la sangre), junto con huesos bien irregulares con áreas mixtas de hueso laminar y entretejido. En las masas de tejido blando se observa una mezcla de tejido óseo y cartilaginoso, fibrovascular y graso.
Los tratamientos son limitados en la actualidad y están dirigidos, en especial, a reducir los síntomas.
Actualmente no existen pautas de tratamiento basadas en evidencia científica dado el bajo número de casos diagnosticados a nivel mundial. Lo que puede ser útil para una persona puede resultar ineficaz o incluso perjudicial para otra. Por tanto, el tratamiento debe adaptarse a cada persona afectada y requiere de un equipo de múltiples especialistas que trabajen en conjunto y de forma coordinada. Las decisiones de tratamiento deben tomarse en función de la gravedad de los síntomas y las posibilidades terapéuticas. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, fisioterapia y terapia ocupacional, hidroterapia y medicamentos para alterar el proceso de remodelación ósea.
Dado que esta enfermedad es benigna y la extensión de la lesión en los tejidos blandos, su tamaño, la presencia de síntomas y la posibilidad de resección y reconstrucción, en muchos casos el tratamiento no quirúrgico es suficiente para mejorar los síntomas y restaurar la función.
El manejo del dolor puede ser bastante difícil. Los medicamentos recetados para el dolor pueden incluir medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), esteroides o, raramente, narcóticos. Estos medicamentos a veces son útiles en las primeras etapas de la progresión crónica de la enfermedad, pero pueden serlo menos para los afectados gravemente. Sin embargo, algunas personas afectadas han mejorado de los síntomas o mostrada mejora en las gammagrafías óseas.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroides y la fisioterapia son el primer paso en el tratamiento de la melorreostosis, pero, como comentado antes, a veces no son efectivos, y a veces si, según el tipo y la extensión de la lesión ósea. También se han utilizado otras terapias alternativas, como bloqueo nervioso, un anestésico y/o inyección antiinflamatoria que se dirige hacia un nervio o grupo de nervios específico para tratar el dolor, yesos en serie, manipulaciones y simpatectomías, un procedimiento para cortar u obstruir un nervio que se encuentra en la mitad del cuerpo.
En casos aislados los medicamentos llamados zolendronato y denosumab mostraron mejora de los síntomas.
Los pacientes con síntomas graves y movilidad articular significativamente limitada deberían beneficiarse de la cirugía.
El tratamiento quirúrgico se puede dividir en tratamiento quirúrgico adyuvante dirigido a mejorar las complicaciones de la enfermedad y tratamiento con función curativa, que consiste en la resección de la lesión ósea y la reconstrucción.
Los procedimientos adjuvantes pueden incluir intervenciones para el alargamiento tendinoso, la escisión de tejido fibroso, osteotomías, capsulotomías, fasciotomías, artrodesis y elongaciones tendinosas.
Los fijadores externos también se han utilizado con éxito en el tratamiento de desigualdades de las extremidades y contracturas musculares específicas de la melorreostosis.
Sin embargo, los tratamientos quirúrgicos adyuvantes abordan las consecuencias de la enfermedad, pero no curan, por lo que, en muchos casos, se requieren múltiples cirugías con resultados insatisfactorios a largo plazo.
En algunos casos particulares, debido a la extensión masiva a los tejidos adyacentes y a las complicaciones relacionadas con el crecimiento de la lesión presionando los vasos y los nervios, pueden ser necesarias intervenciones radicales como la resección y reconstrucción del segmento óseo con prótesis tumorales, artroplastia o incluso amputación. Además, la asociación de la melorostosis con otros tumores óseos benignos o malignos aumenta o la necesidad de intervenciones quirúrgicas radicales como la amputación o la desarticulación.
Los casos de melorreostosis sin mayor afectación de los tejidos blandos adyacentes y aquellos que se localizan a nivel de huesos largos pueden tratarse con cirugía para resecar las lesiones y reconstrucción mediante prótesis primarias, prótesis tumorales o diversos materiales de osoteosíntesis.
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “Melorheostosis” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu.
Kasper, DL, Fauci AS, Longo DL, et al., eds. Harrison’s Principles of Internal Medicine. 16th ed. McGraw-Hill Companies. New York, NY; 2005:2283.
James WD, Berger T, Elston DM, eds. Andrew’s Diseases of the Skin: Clinical Dermatology. 10th ed. Saunders Elsevier. Philadelphia, PA. 2006:171.
Beighton P, ed. Mckusick’s Heritable Disorders of Connective Tissue. 5th ed. St. Louis, MO: Mosby-Year Book, Inc; 1993:657.
Slimani S, Nezzar A, Makhloufi H. Successful treatment of pain in melorheostosis with zoledronate, with improvement on bone scintigraphy. BMJ Case Rep. 2013 Jun 21;2013.
Motimaya AM, Meyers SP. Melorheostosis Involving the Cervical and Upper Thoracic Spine: Radiographic, CT, and MR Imaging Findings. AJNR Am J Neuroradiol. 2006;27:1198-1200.
Zeiler SC, Vaccaro AR, Wimberley DW, Albert TJ, Harrop JS, Hilibrand AS. Severe myelopathy resulting from melorheostosis of the cervicothoracic spine. A case report. J Bone Joint Surg Am. 2005;87:2759-62.
Wollridge B, Stone NC, Denic N. Melorheostosis isolated to the calcaneus: a case report and review of the literature. Foot Ankle Int. 2005;26:660-63.
Reznik M, Fried GW. Myelopathy associated with melorheostosis: a case report. Arch Phys Med Rehabil. 2005;86:1495-97.
Schreck MA. Melorheostosis in a pediatric patient. J Am Podiatr Med Assoc. 2005;95:167-70.
Ethunandan M, Khosla N, Tilley E, Webb A. Melorheostosis involving the craniofacial skeleton. J Craniofac Surg. 2004;11:1062-65.
Shivanand G. Srivastava DN. Melorheostosis with scleroderma. Clin Imaging. 2004;28:214-15.
Hellemans J, Preobrazhenska O, Willaert A, et al. Loss-of-function mutations in LEMD3 result in osteopoikilosis, Buschke-Ollendorff syndrome and melorheostosis. Nat Genet. 2004;36:1213-18.
Happle R. Melorheostosis may originate as a type 2 segmental manifestation of osteopoikilosis. Am J Med Genet A. 2004;15:221-23.
McKusick VA, ed. Online Mendelian Inheritance In Man (OMIM). The Johns Hopkins University. Melorheostosis. Entry Number;155950. Last Update 06/22/2020. Available at: https://omim.org/entry/155950 Accessed March 25, 2021.
Azouz EM, Greenspan A. Melorhesostosis. Orphanet Encyclopedia. February 2005. Available at: https://www.orpha.net/data/patho/GB/uk-Melorheostosis.pdf Accessed March 25, 2021.
Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Melorheostosis.
Cuando se tiene una enfermedad rara o poco frecuente es muy importante encontrar a un médico que tenga experiencia en el diagnóstico y en el manejo. De forma general, se recomienda que las personas con enfermedades raras busquen ser atendidas en centros médicos universitarios o terciarios ya que es más probable que los médicos que trabajan en estos centros hayan visto casos similares o tengan interés en la investigación, además de que cuentan con equipos de múltiples especialistas que trabajan en conjunto.
NORD tiene una lista de centros de excelencia en enfermedades raras que incluye muchos de los mejores centros médicos y académicos de los Estados Unidos. Recomendamos que los pacientes compartan esta información con sus médicos para que sean referidos al centro más adecuado y conveniente. Esta lista está en expansión.
Para aprender más sobre NORD visite el siguiente enlace: NORD en Español.
Nota: El sitio web de la Organización Nacional de Enfermedades Raras (NORD), sus bases de datos y su contenido tienen derechos de autor de NORD. Ninguna parte del sitio web de NORD, las bases de datos o los contenidos pueden copiarse de ninguna manera, incluidos, entre otros, los siguientes: descarga electrónica, almacenamiento en un sistema de recuperación o redistribución con fines comerciales sin el permiso expreso por escrito de NORD. Sin embargo, por la presente se otorga permiso para imprimir una copia impresa de la información sobre una enfermedad individual para su uso personal, siempre que dicho contenido no se modifique de ninguna manera y el crédito por la fuente (NORD) y el aviso de derechos de autor de NORD estén incluidos en la copia impresa. Cualquier otra reproducción electrónica u otras versiones impresas está estrictamente prohibida.
NORD y la Fundación MedicAlert se han asociado en un nuevo programa para brindar protección a pacientes con enfermedades raras en situaciones de emergencia.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/medicalert-assistance-program/Asegurarse de que los pacientes y los cuidadores estén equipados con las herramientas que necesitan para vivir su mejor vida mientras manejan su condición rara es una parte vital de la misión de NORD.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/rare-disease-educational-support/Este programa de asistencia, primero en su tipo, está diseñado para los cuidadores de un niño o adulto diagnosticado con un trastorno raro.
Aprende más https://rarediseases.org/patient-assistance-programs/caregiver-respite/