Última actualización:
March 28, 2008
Años publicados: 1989, 1991, 1998, 2006
El envenenamiento por metales pesados es la acumulación de metales pesados, en cantidades tóxicas, en los tejidos blandos del cuerpo. Las señales y los síntomas del envenenamiento por metales pesados varían según el metal acumulado. Muchos de los metales pesados, como el zinc, el cobre, el cromo, el hierro y el manganeso, son esenciales para el funcionamiento del cuerpo en pequeñas cantidades. Sin embargo, si estos metales se acumulan en el cuerpo en concentraciones suficientes para causar envenenamiento, pueden ocurrir daños graves. Los niños son más susceptibles de sufrir envenenamiento que los adultos.
La lista común de metales no esenciales que causan toxicidad incluye arsénico, cadmio, plomo, mercurio y aquellos que son esenciales para los seres humanos en cantidades mínimas para muchas actividades celulares, como cobalto, cobre, cromo, hierro, manganeso, níquel, selenio y zinc. Los metales pesados más comúnmente asociados con el envenenamiento humano son el plomo, el mercurio, el arsénico y el cadmio.
El envenenamiento por metales pesados puede ocurrir como resultado de la exposición industrial, la contaminación del aire o el agua, los alimentos, los medicamentos, los recipientes de alimentos mal recubiertos o la ingestión de pinturas a base de plomo.
El tratamiento incluye detener la exposición y eliminar el metal tóxico del cuerpo. También se utilizan agentes quelantes, medicamentos especiales que se unen a los metales y ayudan al cuerpo a excretarlos.
Las señales y los síntomas del envenenamiento por metales pesados varían según el tipo de sobreexposición al metal. Algunos ejemplos específicos son: (haga clic en los enlaces – las letras azules- para ver informaciones proporcionadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
El arsénico se utiliza en la fabricación de pesticidas. El gas de arsénico también tiene algunos usos industriales. La sobreexposición puede causar dolores de cabeza, somnolencia, confusión, convulsiones y complicaciones potencialmente mortales. Los síntomas neurológicos incluyen daño cerebral (encefalopatía), daño a los nervios que irrigan los brazos y las piernas (neuropatía periférica), sangramientos (hemorragias) alrededor de os vasos capilares pequeños (apericapilares) situados dentro de la sustancia blanca del cerebro y pérdida o deficiencia de las cubiertas grasas (mielina) que están alrededor de estas fibras nerviosas (desmielinización). Los problemas de la piel incluyen líneas blancas transversales en las uñas (líneas de Mees) y acumulación excesiva de líquido en las capas blandas de tejido (tejido subcutáneo) debajo de la piel (edema). Los síntomas gastrointestinales incluyen una enfermedad similar a la gripe (gastroenteritis) que se caracteriza por vómitos, dolor abdominal, fiebre y diarrea, que en algunos casos puede ser sanguinolenta. Otros síntomas incluyen la descomposición de la hemoglobina de los glóbulos rojos (hemólisis), un bajo nivel de hierro en los glóbulos rojos (anemia) y presión arterial baja (hipotensión). Algunas personas pueden tener un olor similar al ajo, que puede ser detectable en el aliento.
En casos de envenenamiento crónico, pueden desarrollarse debilidad, dolores musculares, escalofríos y fiebre. El inicio de los síntomas en el envenenamiento crónico por arsénico es aproximadamente de dos a ocho semanas después de la exposición. Los síntomas cutáneos y de las uñas incluyen parches endurecidos en la piel (hiperqueratosis) con pliegues inusualmente profundos en las palmas de las manos y las plantas de los pies, oscurecimiento inusual de ciertas áreas de la piel (hiperpigmentación), líneas de Mees e inflamación de la piel que descama (dermatitis exfoliativa). Otros síntomas incluyen inflamación de los nervios sensoriales y motores (polineuritis) y de la membrana mucosa que recubre la garganta.
El arsénico inorgánico se acumula en el hígado, el bazo, los riñones, los pulmones y el tracto gastrointestinal. Luego pasa por estos sitios, pero deja un residuo en tejidos como la piel, el cabello y las uñas. Los síntomas del envenenamiento agudo por arsénico inorgánico incluyen quemazón severa de la boca y la garganta, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, presión arterial baja (hipotensión) y espasmos musculares. Las personas con envenenamiento severo por arsénico inorgánico pueden sufrir problemas en el musculo del corazón (miocardiopatía), acumulación de ácido en los túbulos renales (acidosis tubular renal), destrucción de la hemoglobina de los glóbulos rojos (hemólisis), ritmos cardíacos irregulares (arritmias ventriculares), coma; convulsiones, hemorragia intestinal y coloración amarilla de la piel, las membranas mucosas y el blanco de los ojos (ictericia).
El cadmio se usa en muchos artículos, incluidos la galvanoplastia, las baterías de almacenamiento, las lámparas de vapor y en algunas soldaduras. La aparición de síntomas puede retrasarse entre dos y cuatro horas después de la exposición. La sobreexposición puede causar fatiga, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, calambres abdominales, diarrea y fiebre. Además, puede haber pérdida progresiva de la función pulmonar (enfisema), acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar) y dificultad para respirar (disnea). En algunos casos, las personas afectadas pueden exhibir salivación excesiva, amarillamiento de los dientes, un ritmo cardíaco inusualmente rápido (taquicardia), bajos niveles de hierro en los glóbulos rojos (anemia), decoloración azulada (cianosis) de la piel y las membranas mucosas debido a una insuficiente oxigenación de estos tejidos y/o deficiencia del sentido del olfato (anosmia). Las personas con envenenamiento por cadmio también pueden experimentar un funcionamiento inadecuado de los túbulos renales (disfunción tubular renal) caracterizado por la excreción de niveles anormalmente altos de proteína en la orina (proteinuria), cambios menores en la función hepática y/o ablandamiento de ciertos huesos (osteomalacia).
El cromo se utiliza en la fabricación de automóviles, vidrio, cerámica y linóleo. La exposición a demasiado cromo puede causar cáncer de pulmón y del tracto respiratorio, así como enfermedades de los riñones. Además, la sobreexposición al cromo también puede causar síntomas gastrointestinales, como diarrea y vómitos, a menudo con sangre. Los síntomas pueden provocar trastornos graves de agua y electrolitos, aumento de la acidez leve de la sangre y los tejidos del cuerpo (acidosis) y/o un flujo sanguíneo inadecuado a los tejidos, lo que resulta en un choque, una afección potencialmente mortal que se presenta cuando el cuerpo no está recibiendo un flujo de sangre suficiente. También pueden desarrollarse lesiones en los riñones, el hígado y el músculo cardíaco (miocardio).
El cobalto, utilizado en la fabricación de motores de aviones, puede causar náuseas, vómitos, falta de apetito (anorexia), zumbido en los oídos (tinnitus), daño nervioso, enfermedades respiratorias, agrandamiento inusual de la glándula tiroides (bocio) y/o daño al corazón y los riñones.
Los trabajadores de la producción de plomo, los empleados de plantas de baterías, los soldadores y los que trabajan con soldaduras pueden estar sobreexpuestos al plomo si no se toman las precauciones adecuadas. El plomo se encuentra también en la pintura de las casas viejas. El plomo se almacena en los huesos, pero puede afectar cualquier sistema de órganos. Los efectos del envenenamiento por plomo varían según la edad de la persona y del grado de exposición.
En los niños, los síntomas varían dependiendo del grado de exposición al plomo. Algunos individuos afectados pueden no tener síntomas notables. Los síntomas suelen desarrollarse en un período de tres a seis semanas. La sobreexposición al plomo puede hacer que los niños estén menos juguetones, más torpes, irritables y lentos (letárgicos). En algunos casos, los síntomas incluyen dolores de cabeza, vómitos, dolor abdominal, falta de apetito (anorexia), estreñimiento, habla arrastrada (disartria), cambios en la función renal, niveles inusualmente altos de proteínas en la sangre (hiperproteinemia) y piel inusualmente pálida (palidez) como resultado de un nivel bajo de hierro en los glóbulos rojos (anemia). Los síntomas neurológicos asociados con la sobreexposición al plomo incluyen la incapacidad para coordinar los movimientos voluntarios (ataxia), daño cerebral (encefalopatía), convulsiones, inflamación del nervio óptico (papiledema) y/o alteración de la conciencia. Algunos niños afectados experimentan problemas de aprendizaje o de comportamiento, como deficiencia intelectual y déficits selectivos en el lenguaje, la función cognitiva, el equilibrio, el comportamiento y el rendimiento escolar. En algunos casos, los síntomas pueden ser potencialmente mortales.
En los adultos, la sobreexposición al plomo puede causar presión arterial alta y daño a los órganos reproductivos. Otros síntomas pueden incluir fiebre, dolores de cabeza, fatiga, letargo, vómitos, pérdida de apetito (anorexia), dolor abdominal, estreñimiento, dolor articular, pérdida de habilidades recientemente adquiridas, falta de coordinación, apatía, dificultad para dormir (insomnio), irritabilidad, alteración de la conciencia, alucinaciones y/o convulsiones. Además, las personas afectadas pueden experimentar anemia, neuropatía periférica y, en algunos casos, daño cerebral (encefalopatía). Algunas personas afectadas presentan disminución de la fuerza y la resistencia muscular, enfermedad renal, caída de la muñeca y cambios en el comportamiento, como hostilidad, depresión y/o ansiedad. En algunos casos, los síntomas pueden ser potencialmente mortales.
El plomo se excreta en la orina y las heces, pero también puede aparecer en el cabello, las uñas, el sudor, la saliva y la leche materna.
El manganeso se utiliza como agente purificador en la producción de varios metales. Los síntomas asociados con la sobreexposición al manganeso pueden incluir daño al sistema nervioso central y neumonía. Otros síntomas y hallazgos físicos incluyen debilidad, fatiga, confusión, alucinaciones, forma de caminar extraña o torpe (marcha), espasmos musculares (distonía), rigidez del tronco, rigidez y torpeza de las extremidades, temblores en las manos y anomalías psiquiátricas.
El mercurio es utilizado por asistentes dentales, higienistas y trabajadores químicos. El mercurio puede afectar los pulmones, los riñones, el cerebro y/o la piel. Los síntomas del envenenamiento por mercurio incluyen fatiga, depresión, letargo, irritabilidad y dolores de cabeza.
Los síntomas respiratorios asociados con la inhalación de vapores de mercurio incluyen tos, dificultad para respirar (disnea), sensación de opresión o dolor ardiente en el pecho y/o insuficiencia respiratoria. Algunas personas afectadas pueden tener acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar), neumonía y/o formación anormal de tejido fibroso (fibrosis).
Puede haber cambios de comportamiento y neurológicos asociados con la sobreexposición al mercurio, como excitabilidad y comportamiento temperamental, falta de concentración y pérdida de memoria. El envenenamiento por mercurio también puede provocar choque y daño cerebral permanente. Algunas personas afectadas experimentan confusión mental. Un síndrome cerebeloso progresivo con incapacidad para coordinar los movimientos voluntarios (ataxia) de los brazos también puede estar presente. Los movimientos involuntarios anormales del cuerpo, como movimientos espasmódicos incontrolables combinados con movimientos lentos y retorcidos (coreoatetosis), son comunes. Otros síntomas incluyen enfermedad degenerativa no inflamatoria de los nervios (polineuropatía); incapacidad para coordinar los movimientos voluntarios (ataxia cerebelosa), temblores en las piernas y los brazos y, en algunos casos, de la lengua y los labios; convulsiones, y/o habla arrastrada (disartria). También pueden ocurrir cambios en el estado de ánimo, el comportamiento y la conciencia.
En algunos casos de exposición crónica al mercurio inorgánico, puede desarrollarse un trastorno de la personalidad conocido como eretismo, hidrargirismo o síndrome del sombrerero loco. Los síntomas asociados con el síndrome del sombrerero loco incluyen pérdida de memoria, timidez excesiva, excitabilidad anormal e insomnio. Este síndrome fue descrito en trabajadores con exposición ocupacional al mercurio en la industria de sombreros de fieltro.
Muchas personas afectadas tienen alteraciones sensoriales, como problemas visuales (como por ejemplo constricción del campo visual, visión en túnel y ceguera), así como pérdida auditiva (sordera).
Algunos individuos pueden tener cambios en la piel, como hinchazón dolorosa y coloración rosada de los dedos de las manos y los pies (acrodisia), enrojecimiento persistente o inflamación de la piel (eritema), extrema sensibilidad (hiperestesia) en las áreas afectadas, y hormigueo y alteraciones sensoriales.
En algunos casos, otras personas afectadas pueden experimentar trastornos estomacales e intestinales, daño renal, deshidratación, insuficiencia renal aguda, inflamación de las encías (gingivitis), irritación severa de la boca y la faringe acompañada de vómitos, y/o calambres abdominales con diarrea sanguinolenta.
El mercurio se excreta principalmente a través de la orina y las heces.
Los síntomas asociados con el envenenamiento por fósforo incluyen debilidad, dolores de cabeza, vómitos, sudoración, calambres abdominales, salivación, sibilancias secundarias al espasmo bronquial, caída de los párpados superiores (ptosis), contracción de la pupila (miosis), y/o debilidad muscular y espasmos. Además, la enfermedad degenerativa no inflamatoria de los nervios sensoriales y motores (polineuropatía sensorial y motora) puede avanzar hacia un deterioro progresivo (atrofia). En algunos casos, también puede ocurrir parálisis respiratoria.
Los síntomas asociados con el envenenamiento por talio incluyen somnolencia extrema, náuseas, vómitos, dolor abdominal y vómitos sanguinolentos (hematemesis). Algunas personas afectadas pueden experimentar la pérdida de la mayor parte o de todo el cabello del cuero cabelludo (alopecia), neuropatía sensorial dolorosa y de rápida progresión, neuropatía motora, parálisis de los nervios craneales, convulsiones, incapacidad para coordinar los movimientos voluntarios (ataxia cerebelosa), y/o deficiencia intelectual.
Algunos individuos pueden experimentar síntomas oculares, incluidos el deterioro del nervio óptico (atrofia óptica), inflamación del nervio óptico (neuritis retrobulbar) y mal funcionamiento de los músculos oculares (oftalmoplejía). En algunos casos, el envenenamiento por talio puede progresar hasta causar insuficiencia renal y cardíaca, confusión, psicosis, síndrome cerebral orgánico y/o coma, un estado de inconsciencia profunda en el que una persona no puede responder a su entorno ni moverse.
Envenenamientos por otros metales
Otros metales que pueden causar envenenamiento incluyen antimonio, aluminio, bario, bismuto, cobre, oro, hierro, litio, platino, plata, estaño y zinc. Los síntomas comunes del envenenamiento por estos metales pueden incluir síntomas gastrointestinales, renales y neurológicos, como dolores de cabeza, irritabilidad, psicosis, estupor, coma y convulsiones.
El envenenamiento por metales pesados es el resultado de la acumulación tóxica de ciertos metales. Estos metales compiten y reemplazan a ciertos minerales esenciales, lo que puede afectar a varios sistemas de órganos del cuerpo.
El envenenamiento por arsénico puede ser causado por medicamentos, como la solución de Fowler (arsenito de potasio) y algunas cremas tópicas utilizadas para tratar algunas afecciones de la piel. La ingestión de herbicidas, insecticidas, pesticidas, fungicidas o rodenticidas que contienen arsénico puede causar envenenamiento por arsénico. La exposición ocupacional al arsénico en la fabricación de pinturas, esmaltes, vidrios y metales también puede causar envenenamiento por arsénico. Otras formas de exposición ocupacional incluyen la galvanización, soldadura, grabado, revestimiento con plomo, fundición y preservación de madera. El arsénico también se encuentra en agua contaminada, mariscos y algas.
El envenenamiento por cadmio puede ser causado por la ingestión de alimentos (por ejemplo, granos, cereales y vegetales de hoja verde) y el humo de cigarrillo. También puede ocurrir exposición ocupacional al cadmio en las industrias de galvanoplastia, baterías y plásticos.
El envenenamiento por plomo puede ser causado por la exposición (por ejemplo, masticar o ingerir) a pintura deteriorada con plomo en casas antiguas. La exposición ocupacional al plomo en la pintura, fundición, instrucción de armas de fuego, reparación de automóviles, fundiciones de bronce o cobre, imprenta, fabricación de baterías, minería, fundiciones de bronce, gasolina, vidrio y construcción de puentes, túneles y autopistas elevadas también puede ocurrir. Otra causa del envenenamiento por plomo es la contaminación del agua por tuberías de plomo. Otras causas incluyen productos de calcio, tintes progresivos para el cabello, kajal, surma, kohl y remedios digestivos extranjeros.
El envenenamiento por manganeso puede ser causado por la inhalación crónica y la ingestión de partículas de manganeso. También puede ocurrir exposición ocupacional al manganeso en la minería y separación de mineral de manganeso.
El envenenamiento por mercurio puede ser causado por la exposición a grandes cantidades de mercurio en la fabricación de termómetros, espejos, luces incandescentes, máquinas de rayos X y bombas de vacío. Otra causa es el agua y los peces contaminados. Los niños a menudo están expuestos al mercurio a través de pinturas, calomelanos, polvos para la dentición y fungicidas mercúricos utilizados en el lavado de pañales. Una causa adicional de envenenamiento por mercurio es la exposición a mercurio en termómetros, amalgamas dentales y algunas baterías.
El envenenamiento por fósforo puede ser causado por insecticidas como el tetraetilpirofosfato.
El envenenamiento por talio puede ser causado por la ingestión de rodenticidas que contienen talio. El talio en pesticidas, insecticidas, aleaciones metálicas y fuegos artificiales puede absorberse a través de la piel, así como por ingestión e inhalación.
En 2021, el Sistema Nacional de Datos sobre Envenenamientos (NPDS) de la Asociación Americana de Centros de Control de Envenenamientos (AAPCC) informó 8,884 exposiciones únicas a metales pesados. De esas exposiciones, 2,787 fueron en niños menores de 6 años, y 4,014 en pacientes mayores de 19 años.
El plomo es el metal tóxico más común en los EE. UU., con exposiciones que suelen provenir de la pintura a base de plomo en casas antiguas. Aproximadamente 4 millones de hogares en los EE. UU. tienen niños expuestos al plomo. En los niños, incluso niveles bajos de plomo en la sangre (por debajo de 10 μg/dL) pueden afectar negativamente el desarrollo cerebral. En 2021, se informaron 2,079 casos de exposición al plomo, con 957 en niños menores de 6 años y 683 en adultos mayores de 19. La exposición al plomo en adultos está mayormente relacionada con el trabajo en minería, construcción o manufactura, donde se utiliza plomo.
La exposición al arsénico puede ocurrir a través del trabajo industrial, agua contaminada o incluso pesticidas a base de arsénico. También ha habido casos criminales de envenenamiento con arsénico. En 2021, hubo 610 casos de exposición al arsénico (excluyendo pesticidas), con 22 casos adicionales relacionados con pesticidas a base de arsénico.
El envenenamiento por hierro es causado principalmente por la ingestión de suplementos de hierro, lo cual es especialmente peligroso para los niños. Las multivitaminas que contienen hierro son una causa común de envenenamiento accidental en niños. En 2021, hubo 5,311 casos de exposición al hierro, con 2,154 en niños menores de 6 años y 1,528 en adultos. También hubo 7,635 exposiciones a multivitaminas con hierro, de las cuales 5,973 involucraron a niños menores de 6 años.
El envenenamiento por mercurio puede ocurrir por inhalación de vapores (de termómetros rotos o fuentes industriales) o por ingestión de pescado contaminado. En 2021, hubo 612 exposiciones a mercurio elemental, con 49 casos en niños menores de 5 años y 360 en adultos. También hubo 1,048 exposiciones a termómetros de mercurio, principalmente en niños menores de 6 años y adultos mayores de 20.
Los niños son más susceptibles al envenenamiento por metales pesados porque absorben los metales más fácilmente que los adultos. Por ejemplo, los niños pueden absorber hasta el 50% del plomo ingerido, en comparación con el 10% en los adultos. En los EE. UU., los niños afroamericanos que viven en áreas de bajos ingresos tienen mayor riesgo de exposición al plomo debido a los retrasos en la eliminación del plomo del entorno.
El envenenamiento por metales pesados sigue siendo una preocupación significativa de salud pública, especialmente para las poblaciones vulnerables como los niños y los trabajadores en ocupaciones de alto riesgo. A nivel mundial, el envenenamiento por plomo es un problema importante en países con gasolina con plomo, pintura o plomería antigua, especialmente en regiones de bajos ingresos.
La toxicidad por metales pesados a menudo no es diagnosticada pues requiere un alto nivel de sospecha para detectarse. Varios factores, como la exposición ocupacional, vivir en casas antiguas con tuberías o pintura de plomo, o residir cerca de áreas industriales, aumentan el riesgo. Incluso algunas prácticas de medicina alternativa como el Ayurveda, la homeopatía y la medicina tradicional china pueden contribuir a la acumulación de metales pesados debido al uso de ciertos metales.
Los niños son especialmente vulnerables a la exposición a metales pesados. Los síntomas de toxicidad en niños pueden incluir:
La exposición al plomo es una preocupación particular en niños que viven en hogares con pintura o tuberías de agua a base de plomo. En los adultos, la exposición ocupacional en industrias como la minería o la manufactura es una fuente común de envenenamiento por plomo. La exposición crónica, que es más difícil de detectar que los casos agudos, puede causar síntomas que varían según el sistema de órganos afectado.
El diagnóstico de la toxicidad por metales pesados se basa en una combinación de sospecha clínica, historial de exposición y pruebas especializadas. Los avances en los métodos de prueba están mejorando la capacidad para detectar y manejar estas exposiciones de manera efectiva. Los principales síntomas que los médicos deben considerar al hacer un diagnóstico de envenenamiento por metales pesados incluyen:
El diagnóstico de la toxicidad por metales pesados a menudo incluye pruebas de sangre, orina, cabello o uñas. Se requieren precauciones especiales para garantizar resultados precisos, como evitar el consumo de mariscos durante 48 horas antes de la prueba debido a la presencia natural de metales como el mercurio en los peces. Para los trabajadores en entornos industriales, se recomienda realizar pruebas al final de la semana laboral, cuando los niveles de exposición son más altos.
En ciertos casos, pruebas auxiliares como pruebas de función hepática (del hígado)y renal (de los riñones) pueden proporcionar más pistas, especialmente si hay síntomas como anemia o daño renal. Las técnicas avanzadas de imagen, como radiografías de tórax o tomografías computarizadas, pueden detectar daños pulmonares debido a la inhalación de metales tóxicos. Para algunos metales, pruebas específicas como la prueba de proliferación de linfocitos de berilio (BeLPT) y el puntaje de diagnóstico de intoxicación crónica por arsénico (CAsIDS) ayudan a diagnosticar y evaluar el riesgo.
Las tecnologías recientes, como los biosensores en tiempo real, están revolucionando la detección de la contaminación por metales pesados en el agua, proporcionando evaluaciones más rápidas y precisas. La toxicogenómica es otro campo emergente que ofrece información sobre cómo los metales pesados pueden contribuir al desarrollo del cáncer.
El objetivo principal en el tratamiento del envenenamiento por metales pesados es detener la exposición y eliminar el metal tóxico del cuerpo. Las opciones de tratamiento incluyen agentes quelantes, medicamentos especiales que se unen a los metales y ayudan al cuerpo a excretarlos.
Tratamiento general para el envenenamiento por metales pesados
El primer paso en el tratamiento es detener la exposición, lo que puede implicar:
En casos graves, procedimientos adicionales como la hemodiálisis (tratamiento que filtra los desechos y el exceso de líquido de la sangre) o el intercambio plasmático (procedimiento que elimina y reemplaza el plasma sanguíneo de la persona) pueden ser necesarios para ayudar al cuerpo a eliminar las toxinas. La terapia de quelación, utilizando medicamentos que se unen a los metales, es un método clave para eliminar estas sustancias tóxicas del cuerpo.
Terapia de quelación
Los agentes quelantes funcionan al unirse a los metales pesados, que luego se excretan a través de la orina. Algunos agentes quelantes comúnmente utilizados incluyen:
Sin embargo, la terapia de quelación no se recomienda para todos los metales, ya que a veces puede causar más daño que beneficios. Las decisiones sobre el tratamiento siempre deben involucrar a un especialista en toxicología, es decir un toxicólogo médico.
Envenenamiento por plomo
El envenenamiento por plomo ha afectado a los humanos durante miles de años, y hoy en día es más común en los niños expuestos a pintura con base de plomo o suelo, agua, juguetes y hogares antiguos en renovación. No hay un nivel seguro de exposición al plomo, especialmente para los niños, ya que puede causar retrasos en el desarrollo, dificultades de aprendizaje y problemas de comportamiento. En los adultos, el envenenamiento por plomo puede causar presión arterial alta y daño renal.
Envenenamiento por mercurio
El mercurio existe en varias formas, como mercurio metálico, mercurio inorgánico (encontrado en algunos productos industriales) y mercurio orgánico (presente en peces contaminados). La exposición al mercurio puede dañar los pulmones, los riñones y el sistema nervioso. Los síntomas varían según el tipo de mercurio, pero pueden incluir temblores, ceguera y daño nervioso.
Envenenamiento por arsénico
La exposición al arsénico puede ocurrir a través de agua o alimentos contaminados, particularmente en regiones con niveles naturalmente altos de arsénico en el agua subterránea. El envenenamiento agudo causa síntomas gastrointestinales severos como vómitos y diarrea, mientras que la exposición a largo plazo puede provocar cambios en la piel como entumecimiento e incluso cáncer.
Envenenamiento por hierro
El envenenamiento por hierro, que solía ser una causa común de muerte en niños, ocurre cuando se ingieren grandes cantidades de hierro, a menudo de suplementos para adultos. Los síntomas incluyen vómito con sangre, diarrea y shock. Con el tiempo, el hierro puede dañar el hígado y el tracto gastrointestinal.
Envenenamiento por bismuto
Envenenamiento por cadmio
Envenenamiento por cromo
Envenenamiento por cobalto
Envenenamiento por cobre
Envenenamiento por manganeso
Envenenamiento por níquel
Envenenamiento por selenio
Envenenamiento por plata
Envenenamiento por talio
Envenenamiento por zinc
Para los metales sin terapia de quelación clara, siempre es esencial consultar a un toxicólogo médico para obtener orientación adecuada.
Prevención de la exposición a metales pesados
Las medidas preventivas son fundamentales para evitar el envenenamiento por metales pesados:
En conclusión, el envenenamiento por metales pesados es un problema de salud grave que requiere una identificación y tratamiento oportunos. Eliminar la fuente de exposición y utilizar terapia de quelación bajo supervisión médica son pasos críticos para manejar la afección.
Las ToxFAQs™ de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR), de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) son hojas informativas fáciles de entender que incluyen las intoxicaciones o envenenamientos por metales pesados.
La ATSDR puede informar dónde encontrar clínicas de salud ocupacional y ambiental. Los especialistas de las mismas pueden reconocer, evaluar y tratar enfermedades causadas por la exposición a sustancias peligrosas. Usted también puede contactar su departamento municipal o estatal de salud o de calidad ambiental si tiene más preguntas o inquietudes.
En Estados Unidos hay 3 agencias oficiales envueltas en la regulación de los metales pesados:
El sitio en la red de Clinical Trials, desarrollado por los Institutos Nacionales de la Salud, proporciona información sobre las investigaciones clínicas. Usted puede ver las investigaciones sobre esta enfermedad en el siguiente enlace: Clinicaltrials.gov. Use el término “heavy metals poisoning” o “heavy metal intoxication” para ver los estudios disponibles. Recomendamos que comparta esta información con los médicos para que analicen los estudios y determinen la indicación de la participación en algún estudio. (en inglés)
Para obtener información sobre los ensayos clínicos en Europa, póngase en contacto con: Clinicaltrialsregister.eu
Beers MH, Berkow R., eds. The Merck Manual, 17th ed. Whitehouse Station, NJ: Merck Research Laboratories; 1999:1881-82.
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Usted puede aprender más sobre esta enfermedad en los siguientes sitios en la red:
Note que esta información puede ser bastante técnica por lo que recomendamos que la comparta con un profesional de la salud.
En español:
Las siguientes fuentes de información en inglés también pueden ser de utilidad:
Vea también nuestra página en inglés de NORD: Heavy metal poisoning.
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